Unos 25. 6 millones de alumnos de educación Básica iniciaron el pasado lunes 21, en todo el país un ciclo escolar del que se espera comience a mostrar las primeras alentadoras expectativas de calidad, de un proceso reformador de la educación mexicana cuyo accionar pese a las críticas en su contra, ha sentado el precedente de una decisión firme para llevarlo a cabo, con la fortaleza de una planeación seria y responsable de cada paso en un todavía largo y difícil camino por andar.

En un amplio y complejo universo de educandos, habría de valorarse el esfuerzo del Estado mexicano en ofrecer esos servicios educativos-obligatorios- ya, de una población escolar cada vez mayor, atendida por 1 millón 211 mil 921 maestros. Lo anterior implica la necesidad de escuelas suficientes y en condiciones adecuadas para beneficio de los alumnos y maestros que a ellas asistan. A este respecto habría que destacar que en los 2 sexenios anteriores la inversión en infraestructura educativa fue de alrededor de 20,000 millones de pesos. En este importante renglón – escuelas- habría que significar el esfuerzo realizado en ese sentido por la presente Administración: 80,000 millones de pesos.

Para tener una idea de la magnitud de la infraestructura educativa – tan solo en educación básica- con la que el Estado compromete su decisión de apoyar: 224,976 planteles escolares, en preescolar, primaria y secundaria, podría servirnos para imaginar el esfuerzo no solo para continuar incrementándolos, sino también para el mantenimiento permanente que requieren.

Podríamos decir que este ciclo escolar es el último – completo- para la actual Administración ya que en el próximo 18-19 no les corresponderá a las actuales autoridades de la SEP su evaluación final. Esto implica, en especial cuando el nuevo modelo educativo comenzara en ese entonces a funcionar en todas las escuelas, ya que ahora se aplicarán en algunos estados del país en un número reducido de escuelas, pruebas piloto al respecto, para servir más adelante de referentes valiosos en su aplicación nacional. Habría que destacar, como un reconocimiento de la SEP nacional al esfuerzo que han venido realizando los maestros campechanos, que dentro de los 3 estados seleccionados para cada prueba del nuevo modelo educativo, 35 escuelas campechanas habrán de participar. Esto implica, junto con la satisfacción de esa encomienda, el compromiso de llevar a cabo esa delicada tarea con el profesionalismo y dedicación que siempre se ha observado en el magisterio campechano.

Ese nuevo quehacer, mas interactivo entre maestros y alumnos, que el nuevo modelo educativo se propone lograr permitirá conocer a cabalidad, en su práctica, las fortalezas y debilidades del Sistema Educativa Nacional, del que tanto se había hablado pero que en realidad se desconocían: su número real de escuelas y maestros; la ubicación de estos; de evaluaciones confiables; de un muestreo sistemático y responsable, sin maquillajes, del escenario educativo nacional.

La tarea de la SEP es a partir de ahora y hasta el final de este sexenio, de obligado buen desempeño y logro de metas ya que señalarán con claridad que el camino iniciado es el correcto, y que vale la pena continuarlo. Apenas al final de esta semana, una noticia destacó la problemática tan seria que representa la deserción escolar en la educación básica – preescolar, primaria y secundaria-. De confirmarse lo anterior, habría que, de inmediato, “prender los focos rojos” de alarma y tomar las medidas adecuadas para corregir esa falla. Según esa información que analiza a la generación que ingresaron a la primaria en el ciclo escolar 1999-2000, a los 6 años, y quienes en el 2016,a los 24 años, concluían estudios profesionales. De cada 100 niños inscritos en la primaria, 10 no la concluyeron; 5 en el transcurso de la primaria a la secundaria se alejaron; 18 no concluyeron la secundaria, 2 se fueron antes de ingresar al bachillerato o una carrera técnica; del bachillerato renunciaron 21…

El mapa de la educación nacional muestra interesantes características en cada uno de los estados. Lo numeroso de sus matrículas; las problemáticas tan difíciles, en algunos de ellos, por sus movimientos sindicales, la carga tan pesada de rezagos que por muchos años no fueron atendidos, esa disparidad tan evidente de avances y rezagos, de fortalezas y debilidades.

Al igual que en todo México, en Campeche también iniciaron las clases. 188,854 alumnos de Educación Básica fueron recibidos por sus maestros en los más de 1,500 planteles escolares, en los 11 municipios de la entidad. El manifiesto interés de los docentes campechanos en apoyar las acciones de la Reforma Educativa; su decidida participación en las evaluaciones llevadas a cabo, han hecho evidente la muestra de un magisterio unido, comprometido en la tarea de responder con trabajo eficiente y capaz a los desafíos de una modernidad reclamante de una mayor y mejor preparación profesional. El ejemplo de las y los maestros campechanos, la evidencia de sus buenos resultados en la aplicación de las disposiciones de la Reforma Educativa, han recibido el reconocimiento tanto del titular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer, como del Presidente, Enrique Peña Nieto. Lo anterior compromete a un continuado esfuerzo de superación para hacer de ese logro la divisa que señale, como en el ayer dejaran testimonio los muchos ejemplos de distinguidos educadores campechanos.

Por de pronto para empezar 1 millón 313 mil 343 libros de texto gratuitos, han sido entregados a los niños y jóvenes de todas las escuelas de educación básica en el estado, ningún alumno carecerá de esos valiosos apoyos didácticos.

Todavía, aun, es largo el camino por andar. La Reforma Educativa no solo es un conjunto de buenas intenciones sino la intención sentida de una demanda urgente de atención a un sector por mucho tiempo carente de resultados de calidad. Aquel poema que matizara  en una de sus partes aquella expresión: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”, pareciera dibujar con claridad nuestra responsabilidad al respecto.