Vladimir de la Torre_3

Era gobernador de Veracruz Javier Duarte cuando en 2012 se reunió por primera vez la Conferencia Permanente de Congresos Locales (Copecol). Al inaugurarla en agosto de ese año, el propio Duarte afirmó que los  congresos locales deberían velar por los recursos de los ciudadanos y que su tarea principal era evitar que la corrupción sacudiera al país. Una ironía.

Desde entonces, muchos políticos quitaron su mano del corazón y se la metieron al bolsillo donde guardan su cartera. Siete años después la Copecol continúa hablando de corrupción. Ese precisamente fue uno de los acuerdos: agilizar los mecanismos para instalar en todas las entidades los sistemas anticorrupción.

Cinco conferencias y dos mesas de debates, una de ellas sobre austeridad en las que participaron los gobernadores de Baja California, Michoacán y Campeche.

Así transcurría la X Plenaria de la Copecol en Campeche cuando tres de los personajes claves se reunieron en Lomas del Castillo: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza; y el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno.

En el centro del país y al interior del PRI nadie está a espaldas de la relación entre Osorio y Moreno Cárdenas. Incluso el gobernador de Campeche ha sido de los pocos políticos que han respaldado las aspiraciones presidenciales de Osorio. También lo ha hecho la secretaria de Sedatu, Rosario Robles, que a sabiendas de que están en el mismo equipo se siente muy bien cuando llega a Campeche.

Pero además de ellos, en Lomas del Castillo también estaba Ochoa Reza, quien poco despacha con el titular de Gobernación y mucho con el titular de Relaciones Exteriores.

Por más de dos horas duró el encuentro. Sin Ochoa presente, el nivel de la reunión hubiese sido otro. Excluirlo hubiese sido una agresión política innecesaria, porque oportunidades de estar solos han tenido y tendrán.

Diez días antes de la Copecol, Alejandro y Osorio, acompañado de otros colaboradores cenaron juntos en México; la reunión que inició a las 10 de la noche se extendió hasta la una de la mañana.

¿Qué ha trascendido? Que todo el 2018 está detenido políticamente. No se puede pensar en el próximo año sin junio del 2017. ¿Por qué?

En 2005 Enrique Peña Nieto ganó el Estado de México con el 47.5% de los votos. Seis años después, Eruviel Ávila se impuso a la impopularidad de Alfredo del Mazo y se llevó la candidatura del PRI y alcanzó una votación récord histórica del 61.9%.

El reciclado Alfredo del Mazo, a 20 días que concluyan las campañas, apenas acumula el 25% de la intención del voto, 22 puntos debajo de Peña y 37% menos que Eruviel.

El delegado nacional del PRI en la elección del 2011 en el Estado de México fue Osorio Chong, mucho de su futuro político hoy se lo debe a aquellos tiempos cuando se fusionó con el grupo Toluca. Desde aquella época iniciaron las diferencias con Luis Videgaray.

Hoy el delegado del PRI es el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, a quien no le salen las cuentas y parece poner en riesgo su propia candidatura a la gubernatura de Yucatán en 2018.

Dependiendo de los resultados de las elecciones en Nayarit, Coahuila, Estado de México y Veracruz se decidirá mucho del futuro inmediato. Solo quedan 30 días.

Junio los tiene entrampados a todos en el partido oficial. Nunca estuvo tan reñida la elección en el Estado más grande del país.

Por este 4 de junio pasa el destino de Osorio, de Ochoa y Eruviel, de Ramírez Marín, de Peña, y del PRI. Del Mazo no la tiene ganada ni perdida, y esa incertidumbre, por primera vez, los tiene paralizados.

Hace meses en una reunión informal en la que estaban juntos Osorio Chong, Jorge Emilio González, Alejandro Moreno, Manuel Velasco y Arturo Escobar y Vega acordaron un apoyo incondicional a Osorio, incluso usaron una servilleta para firmarla.  Velasco fue el único que tomó distancia del grupo aludiendo que no sabía cuáles serían las reglas bajo las cuales operaría su partido, creyéndose presidenciable. Desde entonces la relación personal de todos con el gobernador de Chiapas ha sido tibia y escasa.

La servilleta está guardada, pero los tiempos han cambiado, el escenario es distinto y todo está a la espera de junio.

Al interior del partido militantes del PRI profundo se organizan en dos direcciones: 1-Un ejército de ellos está creando las estrategias para que su partido siga ocupando el Palacio de Toluca; y 2-Un grupo no menor, está debatiendo qué hará si los resultados le son adversos.

Llegaron a un primer acuerdo. Si el PRI pierde en junio, después del mensaje del V Informe del Presidente, el 1 de septiembre, le quitarán de las manos a Los Pinos la presidencia del partido, la elección del candidato presidencial y la de los nueve candidatos del PRI a las gubernaturas del próximo año. El intento no parece tarea menor, pero la razón está sustentada. Peña entró a la presidencia con 24 gubernaturas priistas: cinco años después quedan 15.

Cercanos a Osorio advierten que él está consciente que su candidatura presidencial peligra. Ahora está apostando a que de aquí a diciembre el Presidente cambie de opinión, porque aseguran que ya le hizo saber que seguiría sentado en Bucareli.

Peña necesita cuidar su salida y Osorio podría ser el indicado para eso.

REPERTORIO

 -Se molesta porque no la invitaron a la cena de la Copecol y no tenían por qué invitarla.

 -Dos diputados agradecen que durante la Copecol no hubo alcoholímetros.

 -“Yo le respondo al diputado aunque usted sea el secretario”, así de engreído algunos integrantes del equipo.