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Nadie puede reclamarle al gobernador Alejandro Moreno no estar metiendo en cintura a los corruptos en Campeche. Quizá falten todavía varios en el subconsciente colectivo, pero la realidad es que cada uno, nos aseguran, irán cayendo en su momento.

De acuerdo con esa visión, se envió la iniciativa de reformas a la Constitución para la derogación de los artículos 90, 91, 92, 93, 94, 95 y 100, así como la reforma al artículo 99, en una muestra al combate a la corrupción e impunidad.

En el gabinete se dice que esta iniciativa constituye un avance sustancial, toda vez que, para el caso del delito de enriquecimiento ilícito, cometido por servidores públicos estatales desde el gobernador hasta alcaldes, que antes gozaban de fuero constitucional, una vez aprobados los cambios podrán enfrentar la justicia si es necesario, aún cuando estén en el cargo y se incluye a todos los órdenes de gobierno.

Sin embargo, el anuncio tuvo más de un destinatario y muchos mensajes cifrados sobre todo en Ciudad del Carmen, durante la intervención del gobernador en la ceremonia del primer informe del alcalde panista y en un municipio donde, que se recuerde, es la primera vez que uno de sus alcaldes va a prisión al término de su mandato.

Los mensajes son claros: nadie está exento de que se le finque responsabilidad; nadie puede darse por salvado o quedar impune, según lo que se dijo ayer eso incluye a cualquier edil.

El encarcelamiento del ex secretario de Salud y su administrador acredita que el tema es en serio. La prisión al ex alcalde de Carmen lo ratifico no sólo porque está bajo proceso sino porque hay otros cinco funcionarios de esa administración municipal sujetos a proceso penal.

La decisión de que nadie esté desde este gobierno con fuero, le da al gobernador la certeza de que sobre aviso no hay engaño y de que si algún funcionario le falta a él y a la sociedad, pues estará con la espada sobre el cuello.

La exigencia social de que las autoridades sean vistas como cualquier ciudadano crece, pero también se presta a que haya interpretaciones de que podría usarse para meterle presión a quienes no son parte del afecto del gobierno en turno y por ello mismo podrían ser presionados o hasta hostigados por ello.

La realidad es que no hay en otra entidad una ley tan extensa y amplia. En Yucatán no se incluye a los magistrados ni jueces y hay varios detalles en los que Campeche está más avanzado en esa área.

El primer paso del gobierno de Moreno tendría que tener, ojalá, la motivación para que la sociedad campechana deje de ver a quienes son servidores públicos como una clase superior a la de todos los ciudadanos.

La aplicación de la ley en ese ámbito será una distinción social amplia y le reditúa al gobierno local una aceptación que debe verse de manera amplia pero también como una conquista de la moderidad y no una concesión graciosa.

Debe reconocerse sin embages que Moreno sí ha cumplido en dejar una muestra clara de que su gestión es distinta y no sólo acredita haber escuchado a la sociedad en su demanda de justicia y combate a la corrupción sino que deja muy claro, según su declaración de ayer, que la aplicación de la justicia no ha terminado y que si bien hay varios expedientes ya integrados otros todavía están en ese proceso, lo que avisora más y nuevas detenciones de quienes abusaron de sus cargos y de la confianza ciudadana.

El gobernador Moreno anunció en Carmen, informe al que sí acudió, el reforzamiento de la vigilancia, la implementación de más retenes en una medida que pretende evitar que el grave desempleo que flagela a toda la costa del golfo llegue a Campeche y pueda convertirse en un vector delincuencial.

P.D.

A mi tocayo Francisco Trejo Uribe por su compromiso con la charrería y sus principios: se pueden comprar trajes de charro, caballos para charrear, y hasta campeonatos de
charrería.

Lo que no se puede comprar son los principios que le dan solidez a cualquier persona, empresario o a ese deporte nacional, la convicción de ser ciudadano honesto, charro de ejercicio, práctica y tradición, pero sobre todo de ser un charro de compromiso y de vocación.

Un abrazo y sigue dignificando con tu honestidad y tus principios al deporte nacional que más debería de representar la gallardía y la honradez de cualquier mexicano.

Gracias a Dios, no todo está en venta y no todo se puede comprar.