Adolfo-Vargas-Espínola

Cuando nace un pequeño, hay una frase muy mexicana que regularmente se escucha entre los que van a visitar al recién nacido, la cual dice: “Ojalá traiga torta bajo el brazo”. Esta hace referencia al buen deseo de que, en alguna forma, lleguen recursos para que al bebé no le falte nada.

Personalmente yo espero que los bebés traigan torta, refresco y hasta para el gansito, porque los gastos que vienen con su crecimiento son muy altos… especialmente los relativos a la educación.

Previendo el desembolso que se hará durante los siguientes años para otorgar educación,  principalmente pensando en los gastos universitarios los cuales típicamente son los más costosos (aunque hay colegiaturas de guarderías y primarias que por lo que cobran parece que otorgarán el títulos de doctorados), muchos padres buscan contratar “becas educativas” en alguna institución financiera para poder proteger el sueño de la educación futura de sus hijos.

Antes que nada, quisiera aclarar que en el mercado de productos financieros NO hay “becas educativas”, para ser precisos, lo que hay son seguros, fondos de inversión, fideicomisos o productos que ofrecen la mezcla de alguno de estos servicios. El nombre que le den es pura mercadotecnia dedicada a mover el corazón y los sentimientos de los padres consumidores.

Aclaro, si estás pensando en adquirir cualquiera de estos productos para alcanzar o proteger la educación de los hijos es una gran idea. Siempre y cuando lo adquieras estando bien informado de: ¿qué hace el producto?, ¿cómo funciona?, y ¿qué implicaciones tiene durante el proceso de ahorro y al momento de su liquidación (pago)?

Es decir, adquiérelo estando bien asesorado y evaluando la opción que más te convenga.

Ahora bien, de productos de este tipo e instituciones que los ofrezcan hay una gran variedad, y todos tienen características que los distinguen. Por lo cual te recomiendo tengas en cuenta estos puntos antes de contratar:

-Los seguros están diseñados antes que nada para “proteger” a través de una suma asegurada, el hecho de que hayan recursos a pesar de que exista un fallecimiento o una invalidez durante el proceso de ahorro.

-Los fondo de inversión buscan inicialmente promover la disciplina del ahorro y buscar incrementarlo a través de la inversión del mismo en diversos tipos de instrumentos y riesgos.

-Los fideicomisos tienen como misión  garantizar la voluntad, a través administración de un ahorro, y que este sea utilizado exclusivamente para un fin. En este caso, la educación.

Como te había comentado hay planes de algunas instituciones que conjugan estos servicios. Tú decidirás qué es mejor, si adquirir estos por separado o buscar algo que te integre estos servicios.

¡Muy importante!

Verifica y compara a través de la Condusef o de la Profeco que las empresas y productos que te ofrecen el servicio están reguladas. Así como también investiga si el “asesor” (agente de seguros) está dado de alta y tiene autorización vigente ante la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas para promover estos planes.

Y claro, lo más importante.  ¡Haz cuentas! Lo que estás a punto de iniciar es un proyecto a largo plazo. Así que inicia con valor y entusiasmo, pero pensando que el compromiso que vas a hacer lo puedes y lo quieres cumplir económicamente.

Finalmente, el gran beneficiario de esto, no serás tú, sino la pequeña o pequeño que quieres dotar de herramientas, que se traducirán en una ventaja el día de mañana que le toque defenderse por sus propios medios.

¡Ahora sí ! A hacer la tarea… y recuerda, la lana viene y va, pero porque tú la dejas escapar.

¡Hasta la siguiente colaboración!

Adolfo Vargas
Divulgador de la economía,y especialista en seguros y retiro.

@av_campeche
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