Vladimir de la Torre_3

LOS CAMINOS. Campeche cuenta cuatro senadores y cuatro diputados federales. Por tradición, los legisladores federales que se enlistan en una legislatura previa a una elección presidencial han tomado varios rumbos, a uno les va mejor que a otros. Unos se han quedado en México y otros han regresado a la tierra que los vio nacer con nada bajo el brazo. La cercanía de Juan Camilo Mouriño con Felipe Calderón no inició en la Legislatura 2000-2003 cuando coincidieron en la Cámara de Diputados, pero allí se hicieron inseparables.

A dos años de la elección presidencial, los caminos que han tomado los diputados y senadores serán definitivos para el 2018. De los cuatro senadores al menos tres buscan entrar en la burbuja que se prepara para la presidenciable. Recordarán el impacto que tuvo en el país que el entonces senador, Alejandro Moreno Cárdenas, fijara su postura a favor de Peña Nieto en el lejano 2010. Hoy el escenario no es muy distinto. El panista Jorge Luis Lavalle se alejó de la cúpula calderonista y se acercó al “Plan Puebla” con Rafael Moreno Valle. En su partido la diputada panista que ocupa en el pleno el estrado E-123, Nelly Márquez, está atenta a las decisiones de Gustavo Madero, el coordinador virtual de los diputados. El senador, Raúl Pozos, se acercó después de las precampañas del 2015 por la gubernatura a la línea de Miguel Ángel Osorio Chong. Los diputados federales, Adriana Ortiz Lanz, desde su curul L-434, se acerca con cautela al grupo Atlacomulco que está representado en la cámara por Cesar Camacho.

Miguel Angel Sulub se mantiene en una línea institucional con la que busca negociar a la hora decisiva. Layda Sansores se mantiene abiertamente obradorista. El senador Oscar Rosas ha suspendido intermitentemente sus relaciones políticas en el centro del país.

La relaciones que puedan establecer son importantes para el escenario que se avecina en cada uno de sus partidos, pero más trascendental será que esas alianzas se hagan a tiempo.

Todos están trabajando en eso, unos más explícitos y otros más cautelosos, pero para los ocho terminan sus actividades legislativas en dos años. Ni senadores ni diputados federales que concluyen en 2018 podrán ser reelectos y por eso ya construyen camino propio. El futuro político de muchos de ellos será incierto. ¿A quién le funcionará mejor? No es cierto, no todos los caminos conducirán a Roma. Lo saben.

EN SUS MARCAS. El presidente estatal del PRI, Ernesto Castillo, se subió al ring del debate político en la entidad. Es su responsabilidad y así lo debe entender. Si bien no debería decir más, tampoco debe decir menos. Castillo Rosado está inmerso en la política y en la administración pública desde hace más de 10 años, sabe cómo medir el escenario y también está consciente de lo que significa una declaración explosiva.

Entiende la noticia y sabe cómo convertirse en titular. Este martes ofreció su primera conferencia de prensa conjunta, acompañado de regidores y síndicos priistas del Ayuntamiento de Campeche. Respaldó al alcalde capitalino y al gobernador. Repartió “dulces” para todos y se enfrentó a Morena: “Obrador es el Trump mexicano”.

Lo que tiene por delante a corto plazo no es sencillo, tendrá que renovar a partir de abril los comités municipales del PRI. El proceso iniciará en Carmen, allí políticamente tendrá que librar la batalla más importante. La única posición política que tiene el priismo en la isla es un diputado local y la renovación de la estructura será integral.

Enfrente se consolidan las aspiraciones de panistas que buscarán suceder a Pablo Gutiérrez en la alcaldía. ¿Quiénes? El propio Pablo buscará ser reelegido; la diputada federal Rocío Matezans, y Jorge Rosiñol quiere subir a su esposa a la boleta electoral.

Ante este escenario el trabajo que realice el senador Oscar Rosas es trascendental para el partido, pero el dirigente municipal del PRI que será electo tendrá sobre sus hombros un bloque pesado.

En Campeche, el diputado Freddy Martínez es uno de los aspirantes a contender por la presidencia municipal del PRI. El equipo del que se rodee Castillo Rosado será determinante para la elección del 2018, más aún cuando seis municipios están en manos de la oposición.

EL DELEGADO. Ricardo Chávez Pérez fue ratificado como delegado de Gobernación en Campeche este martes. Moreno-cardenista hasta la médula. El ex delegado del CEN del PRI en Campeche, originario de Jalisco, será ahora los oídos de Miguel Angel Osorio Chong en la entidad. Nunca antes un delegado de Gobernación estaba tan cerca de un gobernador. Chávez Pérez transitó con Moreno Cárdenas sus aspiraciones a la gubernatura campechana. Fue uno de los pocos apoyos reales con los que contó Alejandro en su búsqueda de encabezar el Ejecutivo estatal.

Sustituido por el chiapaneco Lázaro Jimenez, en agosto del 2015, Ricardo Chávez se mantuvo muy cerca de Campeche, sustituye a Javier A. García, quien estaba en el cargo desde el 8 de noviembre del 2013.

Chávez, quien inició su carrera política como líder agrario y diputado local del PRI en Jalisco, es un delegado cómodo para Osorio y para Alejandro, quien ha reformado su relación con los delegados federales para buscar mayor acercamiento con estos.

Prudente y de pocas palabras, no han sido pocos los problemas en los que se ha visto envuelto a causas de sus familiares. De hijos inquietos y con mucho carácter, aunque alejados de la política, Chávez ha sido un político que se mantuvo con un bajo perfil en Campeche, su titularidad ante Gobernación lo deja en una posición muy familiar. Suerte con eso.