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Como decíamos el pasado viernes, en el gabinete de Moreno hay caras nuevas y otras que reflejan la importancia del cargo y la necesidad de contar con gente experimentada.

Un ejemplo de lo anterior es el Secretario de Trabajo y Previsión Social, Luis Enrique Mena Calderón, cuya experiencia en ese sector es incuestionable.

En el caso de Turismo tampoco se improvisa. Jorge Enrique Manos Esparragoza ha hecho un excelente papel desde la Comuna capitalina y su experiencia en ese sector también ya cuenta con varios años. Es una decisión acertada porque Manos ha sido de los promotores de muchas iniciativas que pretenden darle más vida al Centro Histórico e incrementar las visitas a una entidad que tiene todo, menos una política seria de turismo.

Del secretario de Desarrollo Económico, José Domingo Berzunza Espínola, se sabe poco, es egresado de la Universidad del Valle de México, campus Lomas Verdes, pero no hay referencias curriculares más extensas. Se comenta que fue compañero de Moreno en algún nivel educativo y que su encuentro casual en el aeropuerto y el saludo para ponerse al día derivó en el análisis de su experiencia en comercio exterior en Bancomer. Sin embargo, la versión no ha sido confirmada.

En la Secretaría de Planeación, Ramón Alberto Arredondo Anguiano, quien fue colaborador de María Teresa Patrón en la secretaría de Finanzas, y más adelante en la secretaría de Obras Públicas en el gobierno de Jorge Carlos Hurtado, no tiene excusa para no dar resultados porque no sólo conoce el tema sino que lo ha operado financieramente. Su labor de Planeación tendrá que ver directamente con la eficacia y eficiencia de la obra pública y las acciones de gobierno.

De las jóvenes revelaciones está el titular de la Unidad de Comunicación Social, Walter Javier Olivera Valladares, uno de los más cercanos colaboradores del gobernador Moreno y cuyo trato gentil anticipa una relación cordial con los medios.

Otra de las agradables sorpresas es el secretario de Desarrollo Rural, Armando Constantino Toledo Jamit. Empresario del sector de toda la vida, Toledo conoce y ha padecido los vericuetos a ratos hostiles de la burocracia agraria. Llega a una secretaría que le debe mucho a la entidad desde su sede, construida, rentada y ocupada en contrato ventajoso financiado desde el erario público a un particular, cuya renta sigue gozando.

Toledo tiene toda la experiencia de temas agrícolas y ganaderos y lo mismo puede considerársele exitoso que los fracasos en sus empresas le han dado un capital y un bagaje de experiencia que bien servirá en el medio.

La directora General del Sistema DIF Estatal, Silvia Elena Parrao Arceo, se sabe de su trabajo en esa área lo que garantiza movilidad inmediata, sobre todo por lo sensible del área.

El Secretario de Cultura, Delio Ricardo Carrillo Pérez, la tiene fácil o difícil, como la quiera uno ver. Fácil porque su don de gente y carisma le hará sencillo el trato con la gente, algo que, por desgracia, pareciera se le complicó a su antecesor. La tiene dificil porque el subconsiente colectivo retrata negativamente a esa oficina primero por su pugilato con el titular de Turismo estatal y luego por su reticencia a informar sobre diversos temas que se convirtieron en polémica. Es una secretaríaque debería ser una de las caras más amables y gentiles de la administración pública, sobre todo en un sitio como Campeche porque si algo sobra es cultura y sólo es necesario encauzarla y difundirla.

Ojalá Delio permita que muchos colaboradores de Cultura que dejaron la dependencia y que tienen un valor expreso, regresen a sus cargos y aporten sus conocimientos y capacidades.

Los demás nombramientos han demostrado que Moreno, como lo hizo Ortega, le está dando oportunidad a una nueva generación de político y por otro lado se apoya en gente con experiencia y resultados probados. Equlibró su gabinete.

La nueva administración implica una nueva relación con la sociedad y un nuevo estilo de gobernar y eso merece la concesión para esperar resultados. Sin embargo, como Moreno señaló y admitió es su única responsabilidad la integración de su gabinete y el éxito de su administración dependerá de que cada uno de ellos se dedique, en cuerpo y alma, a dar resultados.

En el gabinete anterior predominó la aspiración política sobre la eficiencia y eficacia en su labor y ello generó, en varios apartados, mediocridad o desvíos que terminaron en promociones personales que incluso se previlegió sobre la labor gubernamental.