Más hallazgos… y ninguna difusión

Comunidad, Viernes 21 diciembre, 2012 a las 3:35 pm

Aspecto de la zona arqueológica de Tohcok. Foto: Cortesía

Efraín Durán

Un altar de sacrificios, mascarones estilo Puuc del dios Chaac, así co­mo un tablero estilo Chen en el que se aprecian lirios acuáticos, raíces emergidas y retoños, así como la ca­beza del dios Hu Nal Ye resurgien­do del inframundo, son sólo algunos de los elementos encontrados desde septiembre de 2011 en la zona arqueo­lógica de Tohcok, a cinco minutos de la ciudad de Hopelchén, pero que no ha merecido ningún tipo de difusión de las autoridades de Cultura, Turis­mo, INAH o de ese Municipio.

Se trata de un pequeño yacimien­to arqueológico sin construcciones monumentales y pequeños edificios dispersos, pero cuyas exploraciones recientes han demostrado que no ca­recía de importancia ni de una cultu­ra muy desarrollada.

Hasta el momento, fuera de los cír­culos especializados, ni los propios campechanos saben de su existencia ni de los recientes descubrimientos, mucho menos de su importante sig­nificado, sobre todo ahora que se da la fiebre del ‘fin del mundo’.

Fue el arqueólogo responsable del proyecto, Antonio Benavides Casti­llo, del Centro INAH-Campeche, quien apenas hace unos días, 15 me­ses después del hallazgo, impartió una charla en la ciudad de Mérida en el marco del coloquio ‘Los Tiempos del Mayab’ y habló sobre Tohcok. Sin embargo, en su exposición, el propio investigador aseguró que el descubri­miento se hizo a inicios de año, cuan­do en realidad los trabajos se conclu­yeron y se reabrió al público por lo menos desde septiembre de 2011.

En su exposición, Benavides Cas­tillo refirió que lo encontrado viene a reforzar la idea de que los mayas concebían el tiempo en ciclos que se renuevan, por lo que desechó las ver­siones de la predicción de una catás­trofe planetaria.

Explicó que los mascarones, flores y rostros humanos que de ella emer­gen refieren el ciclo de la muerte y del renacimiento, es decir, que en su concepción del tiempo los mayas nunca pensaron en catástrofes que acabaran con la especie humana.

El descubrimiento en Tohcok se hizo durante los trabajos de conser­vación en la zona arqueológica ubi­cada a seis kilómetros antes de la entrada a la cabecera municipal de Hopelchén.

Según la experimentada arqueó­loga Linda Schele, Hu Nal Ye es el nombre que durante la época clásica le dieron los mayas al dios Hun-Hu­nahpú, o Uno Hunahpú, el dios de la fertilidad y del juego de pelota.

De acuerdo al Popol Vuh, Hun- Hunapú fue el padre de los dioses héreos gemelos Hunahpú e Ixbalan­qué. Fue invitado por los dioses del inframundo a descender al Xibalbá para jugar al juego de pelota, donde lo torturaron y sacrificaron.

La leyenda narra que en el sitio de su entierro creció un árbol de jícaras y dio cráneos por frutos, entre los que se encontraba la cabeza de Hun-Hu­nahpú o Hun Nal Ye.