CRISTIAN SEGOVIA
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Ayer, fue el tercer día de grabaciones de “Lo que la vida me robó” pero al igual que los primeros días, los curiosos y las curiosas afectaron las locaciones en el Parque Principal y la Catedral de la ciudad donde se grabaron escenas de amor y desamor de los personajes.
Desde las 10 de la mañana que inició el rodaje de la telenovela, uno de los productores, Eduardo Ricalo, estuvo batallando con los campechanos y las campechanas que se dieron cita para tratar de ver a sus artistas favoritos y favoritas.
Como era de esperarse a pesar de que la Secretaría de Seguridad Pública cerró algunas calles para evitar vehículos en el primer cuadro de la ciudad, los oficiales no apoyaron sino hasta después del mediodía, para evitar que las y los fans se atravesarán en las tomas.
Ante el caos en las locaciones, cerca de las once de la mañana los mismos miembros del staff decidieron implementar un cordón de seguridad improvisado con un rollo de rafia y así evitar que la gente interfiriera en las tomas.
En las escenas , Sebastián Rulli, en el papel de Alejandro, volvió luego de “casi cinco años de que lo dieran por muerto, al poblado de Aguazul solo para encontrar a su esposa casándose con su primer amor”.