Fervor. Hasta los pequeños pasaron frente a la imagen para hacer una oración.

Fervor. Hasta los pequeños pasaron frente a la imagen para hacer una oración.

CINDY VERA CHAN
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Ante una iglesia abarrotada de fieles católicos, el día de ayer fue subida de nueva cuenta la imagen de la Virgen de Guadalupe a su altar, la cual desde el pasado domingo 23 fue bajada para que los creyentes pasaran a visitarla y a dejarle flores como símbolo de fe.

Durante su homilía, el párroco y rector del santuario de Guadalupe, Heliodoro Gijón Estrada, mencionó que siempre hay que ser una flores llenas de vida y de olor, pues eso es  lo que quiere Dios para todos y para que nuestro rostros sea alegre.

“Nosotros somos como una flor, las flores tienen que tener agua para que vivan y Dios es como esa agua que nos mantiene vivos”, afirmó.

Citó que en la palabra de Dios muestra como los alfareros hacen las artesanías de barro, él es quien dirige como se hará una obra, pues siempre busca cómo hacer un objeto precioso, así es Dios, siempre buscando cómo hacer de los seres humanos una mejor persona, para hacer una imagen de él.

Unos minutos antes de la subida del cuadro de la virgen, el sacerdote invitó a los niños a pasar frente a la imagen para bendecirlos y hacer una oración.

Después, los acólitos del santuario se encargaron de colocar la imagen en su lugar, mientras los feligreses entonaban La Guadalupana.