Como parte de las últimas actividades a realizarse en honor al Cristo Negro Señor de San Román y sus 450 años de haber llegado a tierras campechanas, ayer en la tarde, en la Iglesia del tradicional barrio se llevó a cabo la sagrada eucaristía y clausura del año jubilar, presidida por el Obispo José Francisco González.

Cientos de campechanos se dieron cita en el atrio de la iglesia de San Román en punto de las 18:00 horas para clausurar con broche de oro las actividades jubilares. Música, cánticos, fe y alegría, dieron vida y color a la eucaristía, que contó con la presencia de la presidente estatal del DIF en Campeche, Christelle Castañón Sandoval, y la titular del Comité del Carnaval y Fiestas Tradicionales, Ana Barroso López.

Durante la homilía, monseñor José Francisco González agradeció la presencia de los cientos de feligreses que inundaron el atrio de la iglesia. Aprovechó para hacer una pequeña remembranza de cómo la imagen del Cristo Negro Señor de San Román arribó a las costas campechanas hace cuatro siglos y medio.

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“Aquí construyen una pequeña Ermita, se la construyen a San Román. Llegan las plagas y no tenían a quien encomendarle las epidemias. Supieron que podían conseguir un Cristo en el puerto de Veracruz. Contratan a un mercante español para traer la mercancía sagrada. Él fue el primero en convertirse en devoto del Cristo Negro de San Román”, relató.

Destacó el alto número de campechanos que han hecho suya la fe hacia la imagen del Cristo Negro Señor de San Román durante cerca de 11 generaciones que han demostrado su devoción hacia el catolicismo.

“Estamos celebrando los 450 años de esta venerada imagen que llegó a Campeche. Desde entonces ha venido acompañando la fe histórica de muchas generaciones. Ya por lo menos 11 generaciones de campechanos han sido devotos del Cristo Negro”, resaltó.

Reiteró a los fieles católicos que hagan crecer su fe, pues los milagros necesitan de otros milagros para poder convertirse en algo grande.

“Un milagro nunca va solo, siempre va acompañado de otra serie de milagros, porque la potencia de Dios es grande, sin límites, omnipotente, todo poderoso. Hoy estamos dando fin a este año jubilar, 450 años de gracias continuas e inmerecidas de Dios hacia nosotros”.

Josimar Mex
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