Más de 4 mil 261 hectáreas fueron utilizados para la siembra de organismos genéticamente modificados este año en la zona de Los Chenes, dio a conocer el director legal para Latinoamérica de Monsanto, Rodrigo Ojeda.

En entrevista para EL EXPRESO, declaró que a nivel mundial se ha comprobado la coexistencia de los cultivos de soya genéticamente modificada y la producción de miel, y aseguró que los señalamientos sobre la Península de Yucatán acerca de que la miel no puede ser comercializada con Europa son incorrectos dado que no existe ninguna restricción a las importaciones mexicanas por el tema del cultivo de soya transgénica.

Ante ello, puso como ejemplo el caso de Argentina, en donde casi el 98 por ciento de toda la soya que se cultiva está genéticamente modificada, pero a pesar de ello, es el tercero o cuarto mayor exportador de miel a Europa, sin que haya habido algún problema.

Agregó que en general, en la Península de Yucatán solamente se han cultivado 13 mil hectáreas de soya genéticamente modificada, mientras que en Argentina han sido millones de hectáreas de cultivo, por lo que no se sostiene el argumento de que la soya transgénica vaya a acabar con la apicultura ni con las tradiciones del pueblo que está asentando en la zona del municipio de Hopelchén.

Rodrigo Ojeda señaló que este año tuvieron un incremento de 5 o 10 por ciento en la venta de soya transgénica en la Península y en Campeche en comparación al año pasado, además indicó que la venta no es restringida, ya que se le puede vender a quien lo solicite, sin ponerse a ver si son industriales, menonitas o productores, ya que lo comercializan a un canal de distribución quienes a su vez lo comercializan con los interesados.

En cuanto a la norma europea que está relacionada con la importación de la miel, señala que esta se puede admitir con componentes específicos incluido el polen transgénico, pues mientras esté genéticamente modificado pero no sea en exceso no existe ninguna restricción.

Comentó que existen muchas afirmaciones acerca de que los productos transgénicos ocasionan daños a la salud, pero agregó que los cierto es que no existe ninguna prueba, y los que están reclamando tampoco las han presentado.

Asimismo, declaró que se corroboró con la Secretaría de Economía federal que no existe algún reporte que indique que la Unión Europea haya rechazados embarques de miel, sin embargo, dijo que son los propios distribuidores de miel quienes están señalando que los contratos que suscriben con importadores europeos tienen una cláusula que señala que no se aceptará ningún producto con polen genéticamente modificado.

Agregó que son dichos contratos los que están bajando el precio de la miel en las comunidades mayas, por lo que no es justo que los distribuidores se pongan a establecer cláusulas que afectan a las comunidades de la región.

Afirmó que por disposición europea no existe ninguna restricción a las importaciones de miel de México. “Los que están jugando chueco con los acopiadores y distribuidores de miel que le están bajando de forma artificial al precio de la miel en las comunidades con el argumento de la soya transgénica”, comentó.

campo de soya

Explicó que hace dos años el problema eran los productos transgénicos, pero ahora los productores de miel están argumentando la deforestación, por ello se encuentran buscando saber cuál es el problema real para poder ayudar a las comunidades mayas.

Aclaró que Monsanto es una empresa que se dedica a vender semillas en la Península de Yucatán, por lo que no siembran ni cultivan y producen soya, lo que hacen es que aquellos productores interesados en la biotecnología de soya se acercan a Monsanto para surtir el producto y sembrarlo en sus terrenos particulares.

De igual forma, indicó que sus productos están hechos para ser mucho más eficientes que la semilla tradicional, lo que permite ahorrar en pesticidas y aplicación de agroquímicos sin la necesidad de hacer algún tipo de tala.

En cuanto al resolutivo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tras los amparos interpuesto por apicultores campechanos, señaló que serán sumamente respetuosos con la decisión.

Comentó que independientemente de lo que decida la Suprema Corte, ellos se insertarán en un proceso de permisos en donde se consulte a las comunidades si están interesadas o no.

Aclaró que la “Corte no va a decidir si se siembra o no, la Corte no va a decidir si no se otorga el piso o no, lo que podría ocurrir es que los permisos podrían quedar sin efecto, pero no significa que la Corte va a decidir que no va a haber transgénicos, la decisión va a ser que el procedimiento para obtener el permiso está bien hecho o no, y si está mal hecho podrían darse las consultas y Monsanto continuará con el proceso de obtener el permiso, pero se consultará en este caso a las comunidades indígenas”.

Dijo que en dado caso que la siembra de transgénicos sea aprobada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estarán en la mejor disposición de acercarse a las comunidades que consideren que tienen afectaciones con el producto.

Reiteró que cualquier productor que se acerque a solicitar el producto le será vendido, y si las comunidades de la Península de Yucatán requieren mayor información y elementos sobre lo que es la biotecnología se acercarán con ellos.

Por último, comentó que existen varios productores en la Península de Yucatán a quienes Monsanto los vende sus productos.

Wilmer Delgado Rojas
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