El cultivo de soya transgénica está causando controversia sobre el futuro de los cultivos en la península de Yucatán. Tanto es esta situación que tiene enfrentados a los productores de la región.

Desde 2012 se siembra comercialmente la soya en la región y fue recientemente cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) suspendió su cultivo, bajo el argumento de que no se había consultado a las comunidades indígenas. No obstante, una vez pasada la consulta, su cultivo podría reiniciarse.

El primer desacuerdo está entre la soya transgénica y la producción de miel. Según Leydi Pech, integrante del Colectivo Apícola de Hopelchén, Campeche, el transgénico afecta la producción de miel, porque las abejas polinizan la flor de soya y transportan ese polen transgénico a la miel.

Esto la contamina y puede impedir su exportación a Europa, que es un mercado muy exigente, explicó.

Pero para Fabián Papalotzin, productor de soya transgénica y de miel en Campeche, el argumento no se sostiene porque no existe coincidencia entre la cosecha de miel y la floración de la soya.

Explicó que la cosecha de miel va desde enero a mayo, cuando la soya no tiene floración; ésta se da en agosto y en los siguientes meses el grano de la soya sólo se encarga de madurar, por lo que la abeja ya no tiene donde recolectar polen.

“Europa es un mercado muy exigente, respecto a esto (regulación de exportación de miel), si eso hubiese sido desde el primer año que sembramos la soya, pues nos hubieran cerrado el mercado, pero ya tenemos años consecutivos (sembrando soya) y quiero asegurar que seguiremos exportando al extranjero”, dijo Papalotzin.

Pero el pleito también está por la afectación a otros cultivos. Pech aseguró que en Campeche se han reducido las hectáreas en las cuales se cultivaba maíz para sustituir por la siembra de soya.

Para otros, las ganancias que genera la soya valen la pena y es justificación para dejar otros cultivos. Es el caso de Fernando Oliva, agricultor de soya en este estado, que explica que la sustitución de cultivos se hizo por cuestiones de rentabilidad.

En el caso del maíz el costo de producción por hectárea es de entre 8 y 10 mil pesos, en cada una se obtienen alrededor de tres toneladas y una de éstas se puede comercializar en 2 mil 500 pesos.

En cambio, el costo de producción de la soya transgénica es de entre 6 y 8 mil pesos por hectárea y también se obtienen dos toneladas por cada una de éstas, pero puede alcanzar precios de 6 mil pesos por tonelada, defendió Oliva.

Sin embargo, los que quieren seguir sembrando soya no ven una fácil situación hacia el futuro.

Los productores coinciden que se debe aumentar oferta de esta semilla, ya que actualmente sólo la comercializa Monsanto.

Para la siembra de 2015 se distribuyeron 18 mil bolsas de semilla, de 25 kilos cada una, a nivel nacional y de esas a Campeche le correspondieron 13 mil, refirió Bruno de Matteis productor de soya.

Según Oliva, alrededor de 60% de su producción de soya es transgénica y el resto es convencional, debido a la falta de semilla del primer tipo.

Redacción
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(Imagen Ilustrativa)