Aunque la indignación por lo ocurrido hace unos días en el malecón Tajamar, de Cancún, Quintana Roo, se escuchó en todo el país, lo que pasa en Campeche con los humedales y su fauna no es tan diferente a lo ocurrido allá.

Según organizaciones ambientalistas, la única diferencia es que ahí entraron tractores y camiones de volteo para rellenarlo con tierra, pero aquí se hace día a día, como en un operativo hormiga, con basura y aguas residuales.

Un recorrido de EL EXPRESO por la llamada avenida Costera y la desembocadura de diversos desagües de la ciudad comprobó el alto grado de contaminación que existe en los manglares que forman parte del Área Natural Protegida de Los Petenes, el mismo ecosistema que el de Tajamar, en el estado vecino.

Llantas, bolsas, botes de plástico, ropa, envoltorios de todo tipo, pañales y hasta restos de aparatos electrodomésticos y uno que otro colchón, pueden verse en los manglares de esa arteria, sobre todo en los aledaños a las zonas habitacionales.

También se observa el agua espumosa, gris y negra, que sale de las alcantarillas y va a parar al mangle… y al mar.

Fueron decenas, cientos de campechanos los que se unieron en sus redes sociales a las expresiones de indignación por lo ocurrido en Cancún, pero no expresan el mismo coraje por lo que pasa aquí, ni le exigen a las autoridades aplicar la ley, como pidieron que se aplique allá.