Que no se moverán ni un centímetro aseguraron los introductores de verduras apostados en la calle Nicaragua, así como tampoco las vendedoras de ropa de segunda mano ubicadas en la Alameda del Mercado Principal “Pedro Sáinz de Baranda”. Ambos grupos de comerciantes aseguraron que hasta el momento ninguna autoridad les ha notificado nada.

A pesar que prometieron remover a los puestos de verduras que obstaculizan un carril de la calle Nicaragua, una de las introductoras indicó que la mayoría de ellos llegaron al acuerdo de no moverse.

“Ninguna autoridad nos ha dicho nada ni han venido; yo escuché que la mayoría de los dueños de los puesto dicen que no se moverán, ni siquiera saben donde nos pondrían”, comentó.

Son cerca de ocho introductores que desde hace meses tiene obstaculizado un carril de dicha calle. Primero solo era para la descarga de su mercancía, pero ahora ya comercializan su producto. Cada uno de ellos paga un promedio de 400 pesos mensuales por el espacio.

Casi lo mismo sucede con las más de 20 vendedoras de ropa usada apostadas en la Alameda central, que de ser un espacio bajo el título de Patrimonio de la Humanidad se ha convertido en un enorme bazar.

“No tenemos conflicto con el ayuntamiento y ojalá no nos digan nada y nos quedemos acá”, sostuvo doña Petronila Espinoza, vendedora de ropa de segunda mano.

Indicó que hay un convenio firmado con el Ayuntamiento e inclusive el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que no las reubiquen sino hasta que les presenten un espacio para que puedan exhibir su venta.

“Tenemos un acuerdo que hasta que la autoridad no nos diga de otro lugar no nos vamos”, sentenció.

Según confirmaron los propios comerciantes, por cada puesto se le paga al Ayuntamiento 20 pesos los sábados y domingos para que puedan permanecer ahí y vender cómodamente su ropa.

Luis Calderón
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Foto:Archivo