De mal en peor. Trabajadores y bomberos trabajan conjuntamente para sofocar el incendio

Agencias

DACA.— Un incendio se desató ayer en los restos de la fábrica textil que se derrumbó el miércoles pasado en Bangladesh. El humo brotó de las pilas de cemento destrozado, mientras las llamas obligaron a detener los esfuerzos de rescate. El incendio se produjo cuando los rescatistas intentaban liberar a una mujer que encontraron atrapada en los escombros.

Las llamas se iniciaron debido a las chispas generadas mientras los rescatistas trataban de cortar una barra de acero para llegar a la mujer, dijo el socorrista voluntario Syed Al-Amin Roman. Al menos tres de sus colegas resultaron heridos por las llamas, agregó.

Los equipos de rescate se retiraron de la parte de los restos donde se produjeron las llamas, pero todavía intentaban llegar hasta los sobrevivientes en otras partes del edificio destruido de ocho pisos.

Los bomberos intentaban frenéticamente con mangueras extinguir el fuego. “Ojalá podamos controlarlo”, dijo el brigadier general Mohammed Siddiqul Alam Shikder, quien supervisa las operaciones de rescate.

No estaba claro que ocurrió con la mujer atrapada. El fuego se produjo horas después de que las autoridades anunciaron que habían capturado al dueño fugitivo del edificio, Mohammed Sohel Rana, cerca de India.

Según el diario bengalí The Daily Star, Rana es acusado de haber utilizado en la construcción material de mala calidad. Además de Rana, los propietarios de tres de las cinco fábricas instaladas en el edificio, dos ingenieros del gobierno y la esposa del dueño del edificio han sido detenidos hasta ahora por su presunta responsabilidad en el derrumbe del inmueble.

Otros dos propietarios están prófugos, uno de ellos el padre de Sohel Rana: Abdul Khaleque Bepari. El miércoles de la semana pasada se derrumbó un edifico con fábricas textiles dejando hasta el momento 380 muertos.

Difícil. Hallar más sobrevivientes a estas alturas parece muy complicado

Improbable hallar más sobrevivientes

Los equipos de rescate de Bangladesh abandonaron las esperanzas de encontrar más supervivientes entre los restos de un edificio que se derrumbó hace cinco días y el lunes comenzaron a utilizar maquinaria pesada para retirar los escombros y buscar los cuerpos, la mayoría de trabajadores en los talleres de confección de ropa que estaban instalados allí.

Mientras tanto, volvió a estallar la violencia por las pésimas condiciones laborales en las fábricas de ropa de Bangladesh, que son uno de los pilares de la economía nacional.

Cientos de trabajadores salieron el lunes a las calles de Ashulia, un barrio de Dacca, y prendieron fuego a una ambulancia, informó el canal privado Televisión Independiente. Agregó que los descontentos también trataron de incendiar una fábrica.

Las autoridades cerraron todas las fábricas de confección en los suburbios industriales de Ashulia y Gazipur, entre ellas una en la que presuntamente aparecieron grietas y fue evacuada previamente.

Por lo menos 381 personas murieron cuando el miércoles por la mañana se desplomó parte del edificio de ocho pisos Rana Plaza, construido ilegalmente. En su interior había cinco fábricas de ropa con miles de trabajadores. Se han confirmado unos 2.500 supervivientes.

Las autoridades capturaron el domingo al dueño fugitivo del edificio, a Mohammed Sohel Rana, en el poblado de Bonapole, fronterizo con India, cuando pretendía huir hacia el estado indio de Bengala Occidental. Rana fue devuelto en helicóptero a la capital, Dacca, para encarar cargos de negligencia.

La tragedia constituye la que ha cobrado más vidas en la industria de la confección en Bangladesh, que alcanza unos 20.000 millones de dólares al año y provee de productos a minoristas de todo el mundo.

Voluntarios, soldados y bomberos han trabajado casi sin descanso desde el miércoles, trabajando básicamente con las manos y equipos de iluminación para tratar de rescatar sobrevivientes.

Alrededor de la medianoche del domingo, las autoridades desplegaron grúas hidráulicas y maquinaria pesada de corte para romper las enormes losas de hormigón en segmentos manejables que puedan ser retirados.