Acorralado. Personal de seguridad de China trata de someter a un hombre que ondea un machete afuera de la oficina de planeación familiar

Associated Press

BEIJING (AP) — Un hombre al que no se le permitió registrar a su cuarto hijo debido a que no pagó una sanción tras violar la ley china de planeación familiar mató con un machete a dos empleados del gobierno e hirió a otros cuatro, informaron el miércoles medios oficiales y un funcionario.

Ciberpáginas chinas de noticias y compartidas en las redes sociales mostraron imágenes de policías tratando de someter al hombre fuera de las oficinas de planeación familiar en Guangxi, región del sur de China, mientras el agresor aún blande un machete.

El incidente del martes se suma a una oleada de quejas contra símbolos de autoridad en China que se han tornado violentas en meses recientes. Ejemplifica también el rechazo generalizado a las reglas de planeación familiar del país, más de 30 años después de que su imposición limitara a la mayoría de las parejas citadinas a un hijo y a familias de zonas rurales a dos.

Muchos comentarios publicados en redes sociales chinas similares a Twitter dan muestras de apoyo al hombre y su oposición a la política de un solo hijo, y en algunos de ellos se exige al gobierno su derogación.

Una funcionaria de planeación familiar dijo el miércoles que dos empleados de la oficina —un hombre y una mujer— murieron en el ataque y otros cuatro resultaron heridos, entre ellos una mujer cuya mano derecha fue cercenada.

La funcionaria de la Comisión de Planeación Familiar de la ciudad de Fangchenggang agregó que el sospechoso fue declarado como discapacitado mental. Como es común entre funcionarios del gobierno chino, la empleada sólo proporcionó su apellido, Li.

Las imágenes transmitidas por Guangxi TV mostraron a policías que usando largas barras de metal tratan de someter a un hombre armado con un machete que se opone a su detención. Las autoridades informaron que el sospechoso fue arrestado.

El ataque se suma a actos violentos recientes contra personal del gobierno chino. El sábado, el conductor de una motocicleta taxi detonó una bomba de fabricación casera en una terminal del principal aeropuerto de Beijing tras ocho años de frustraciones en busca de una compensación por un ataque en su contra cometido por guardias de la ciudad que lo dejaron paralizado y con deudas, de acuerdo con su hermano.

El mes pasado, un hombre de aproximadamente 60 años mató a 47 personas al prender fuego a un autobús suburbano repleto de gente un día después de haber registrado por internet sus infructuosos intentos de que funcionarios de la comisaría local corrigieran su edad en documentos oficiales a fin de ser elegible para pagos de seguridad social.