Un avión militar birmano con más de cien personas a bordo, entre ellos familiares de soldados, desapareció este miércoles de los radares nacionales y restos del aparato fueron hallados en el mar.

Buques militares lanzaron una operación de búsqueda cuando el aparato perdió contacto con los controladores aéreos.

Se cree que más de una decena de niños viajaba en el avión, que había despegado de la ciudad de Myeik, en el sur de Birmania, y debía aterrizar en Rangún, la capital económica del país.

“Hallamos en el mar piezas del avión”, a 218 kilómetros de Dawei (sureste de Birmania), declaró a la AFP Naing Lin Zaw, un responsable de la Fuerza Aérea.

“La comunicación se perdió de pronto hacia las 13H35 [07H05 GMT]”,había anunciado antes el general Min Aung Hlaing, jefe de las Fuerzas Armadas, en su página en Facebook.

El general afirmó que a bordo viajaban 106 soldados y miembros de sus familias, así como 14 miembros de la tripulación, sin precisar una cifra exacta. Una fuente aeroportuaria había señalado antes que había en total 116 personas a bordo.

“Se llevan a cabo operaciones de búsqueda y rescate con el apoyo de aviones y navíos militares”, agregó el jefe de las Fuerzas Armadas.

El contacto con el avión se perdió cuando sobrevolaba la región de Dawei, en el sureste de Birmania, sobre las costas del mar de Andamán.

“Este tipo de vuelos se organizan dos veces por mes para las familias de los militares”, explicó una fuente aeroportuaria a la AFP.

A pesar de que es periodo de monzones en Birmania, el tiempo no era malo cuando desapareció el aparato.

“Nos orientamos hacia un incidente técnico. El tiempo era bueno”, agregó este responsable. El mantenimiento del material militar en este país, uno de los más pobres del sureste asiático, es objeto de dudas, a pesar del peso político de las Fuerzas Armadas.

El avión era un Y-8F-200 turbohélice de cuatro motores, aparato de fabricación china muy utilizado por la Fuerza Aérea birmana para transporte de personas o de carga.

Las autoridades militares indicaron que fue entregado en marzo del año pasado, y que tenía 809 horas de vuelo.

La disuelta junta militar birmana adquirió aparatos a China durante los 50 años de aislamiento, cuando el país estaba sujeto a sanciones occidentales.

Un exresponsable del Ministerio de Aviación dijo que muchos de los aparatos de la flota birmana son viejos y están destartalados.

“La Fuerza Aérea birmana tiene muy malos antecedentes de seguridad aérea”, dijo, pidiendo el anonimato.

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