La postal de un hombre acostado acompañado de su perro, sobre la banqueta en los accesos de un banco, podría ser normal si no fuera porque el sujeto está muerto y su mascota se resiste a separarse de su amo.

Como todos los días, el indigente que se dedicaba a cuidar los automóviles en la avenida Porfirio Díaz, acompañado de su inseparable mascota, optó por tomar un descanso en la cuneta del banco HSBC, frente a una fuente en la colonia Reforma, sin imaginarse que sería su último suspiro.

Los vecinos acostumbrados a su presencia con su inseparable can, notaron que escurría un hilillo de sangre de su nariz y sus labios estaban amoratados. Al hablarle, el hombre no reaccionó por lo que llamaron a los números de emergencia.

Cuando llegaron los paramédicos de la brigada Lobos, como una postal digna de un amor inseparable encontraron al perro color café con la mirada consternada quien estaba echado a un costado de amigo inerte;  fue necesario retirar a la mascota para acercarse al cuerpo.

Minutos después, llegó una señorita que dijo pertenecer a una asociación protectora de animales, quien subió a la batea de una camioneta al perro ahora “huérfano”, pues pretendía auxiliarlo pero cuando aceleró para alejarse, el animal saltó fuera del vehículo y corrió junto a su mejor amigo.

Fue necesario que al peludo viajara dentro de la cabina para que lo pudieran separar de su amo, su amigo, su compañía. Ahora, en busca de un nuevo hogar, dispuesto a brindar su amor y nobleza como solo una mascota sabe darlo.

noticiasnet.mx