Los habitantes de la Ciudad de México no alcanzan a respirar ni 100 días de aire limpio, de acuerdo con los datos del último informe oficial que revelan que de los 365 días que tiene el año, en 273 la calidad del aire es mala y en 16 muy mala. Ante esta situación, organizaciones como Greenpeace, Derecho Sin Fronteras, CEMDA y académicos exhortaron a las autoridades a actualizar las normas que establecen en 150 puntos IMECA los límites de concentración de contaminantes permisibles y alinearlas con las recomendaciones de la OMS.

En los últimos cuatro días la calidad del aire en el Valle de México se ha visto afectada por incendios en la región centro y sur del país, un sistema de alta presión que evita la dispersión de contaminantes, altas temperaturas, además de una prolongada sequía. Esto provocó que la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) activara este martes la Contingencia Ambiental Atmosférica Extraordinaria.

La contingencia ambiental implica 11 recomendaciones para la población, restricciones para el uso de vehículos y la suspensión de actividades en establecimientos de sectores de la industria y servicios, por ejemplo, los talleres mecánicos y de calzado.

De acuerdo con un el último informe anual de calidad del aire en la Ciudad de México, durante 2017 un total de 289 días registraron concentraciones máximas mayores a 100 puntos en el Índice de Calidad del Aire para uno o más contaminantes, de éstos, en 273 días la calidad fue mala y en 16 muy mala, quedando sólo 76 días con calidad favorable.

La mayoría de los días con una calidad del aire favorable (buena a regular) se concentraron en la temporada de lluvia.

Otras cifras más actualizadas, como las del World Air Quality Index, arrojan que en 2018 la capital del país vivió 11 días con calidad del aire aceptable y en lo que va del año únicamente se reportan tres, de acuerdo con el monitoreo de calidad del aire y no con la métrica IMECA.

“Estos datos difieren por mucho con lo reportado por el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México, ya que ese sistema no mide de forma adecuada todos los contaminantes suspendidos en la atmósfera, lo cual vulnera el derecho humano a la salud de la población, pues se está vertiendo información no suficiente ni fiable como datos oficiales”, explicó Víctor Hirales de Derecho Sin Fronteras.

Agencias.