Juntas. Alejandra Quesada (d) trabajó en colaboración con la cantante mexicana Natalia Lafourcade

Associated Press

La colección otoño-invierno que propone la diseñadora de modas mexicana Alejandra Quesada es una que adquiere tintes filosóficos, al explorar la relación hombre-naturaleza y traducirla a texturas, siluetas orgánicas y estampados fantasiosos, creados con la cantante Natalia Lafourcade.

Titulada “Luna de sal, lágrima de azúcar”, la propuesta que Quesada presentó la noche del miércoles en la tercera jornada de la semana de la moda de México estuvo dominada por siluetas holgadas y una mezcla de básicos como faldas, vestidos y sus emblemáticas prendas de punto, todas ensalzadas por sus dramáticos estampados y que en la ocasión creó junto con Lafourcade a través de collages e ilustraciones.

“Mis colecciones reflejan mucho los momentos y estamos en un momento donde estoy con una onda con la luna y creo que como estamos hechos 70% de agua, la luna afecta al agua y nos afecta a nosotras de cierta manera. Todo es naturaleza”, explicó Quesada a The Associated Pres en una entrevista previa.

Atentas. La cantante argentina Daniela Spalla (i) y las cantantes mexicanas Ximena Sarinana (centro) y Natalia Lafourcade durante el desfile de modas

La modista logró una aprehensión total del concepto por medio de holgadas siluetas y cortes de vestidos, faldas y sacos confeccionados en una paleta otoñal de tonos neutros como ocres, marrones, purpuras y azul marino.

No es la primera vez que Lafourcade y Quesada trabajan juntas, pues las ilustraciones de la cantante formaron parte de la colección primavera verano 2008.

En esta ocasión, “la colaboración va más allá: fue escoger telas, materiales, colores, formas”, detalló Quesada sobre la mancuerna con la intérprete de “En el 2000” y “No viniste”, quien desarrolló las parte gráfica de la colección a la par de la promoción de “Mujer Divina”, disco en el que rinde tributo a Agustín Lara.

“En cuestión del arte, queríamos mezclar todo: colores con naturaleza, con cielo, mar, tierra, río, ecosistemas, todo con todo”, dijo Lafourcade a The Associated Press minutos antes de la presentación.

El ejercicio resultó excesivo en un puñado de creaciones como una falda que mezclaba tejidos artesanales, lentejuelas, holanes y hasta piel sintética o un suéter de bloques de color pastel con flequillos de estambre. La mezclas resultaron exitosas en conjuntos como el de una falda corta con lentejuelas a juego con un suéter blanco con líneas en zigzag negras o un sofisticado saco revestido con lentejuelas de diversos colores.

Quesada aprovechó la complicidad con la cantante para hacer a un lado su influencia naif en cortes y estampados y en su lugar demostró que la mujer a la que viste crece paulatinamente a través de las texturas. Sobresalió una falda corta a cuadros, junto con una blazer de lana en un naranja intenso que en el frente tenía un bordado de pingüinos realizado con lentejuelas, que era admirado en la primera fila por Lafourcade y colegas como Ximena Sariñana, Daniela Spalla y Camila Sodi

La influencia infantil que ha caracterizado la marca homónima de Quesada se impuso y se convirtió en un freno de la evolución, al enviar un vestido corto de punto en azul marino cuyas mangas y parte baja incluyeron una aplicación que simulaba un trozo de césped con flores, así como un largo vestido de terciopelo que aún la alta modelo (con zapatos de plataforma) tenía que sujetarlo entre sus mano para poder caminar.

A pesar de ello, el mayor acierto fue la fusión de dos mentes creativas, cuya camaradería se demostró cuando Quesada salió a recibir su ovación y subió a tirones y entre risas a una tímida Lafourcade quien trató de ocultar su rostro sonrojado en un largo abrazo con Quesada.

Diseños. Estas son algunas de las combinaciones que se mostraron