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JOSÉ EDUARDO QUE ROSADO
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Cuando Kandisky propuso en su obra ‘punto y línea sobre el plano’, los aspectos a tomar para la investigación de la ciencia artística, categorizó estos en dos tipos; el primero relacionado con el aspecto epistemológico de la ciencia pura  y el  segundo desde una óptica de requerimientos que rigen la fuerza creadora, sentó  las bases para un acercamiento a conocer en sí misma una pieza artística de gran valor.

La obra de William Patrón Novelo se encuentra  inserta dentro de estas dos ciencias;  que en conceptos del mismo creador se cataloga como visceral y sensitiva, lo que la hace  interesante y accesible para cualquier  tipo de espectador.

Su superficialidad y la generalidad  no tienen cabida para  su análisis y donde la sencillez de su lenguaje y su estética permiten su apreciación  de manera pedagógica y didáctica a un  público de todas las edades.

A lo largo de sus 30 años de trayectoria el maestro campechano se inserta dentro los creadores contemporáneos más representativos de nuestra entidad, en el que el hilo conductor de sus conversaciones gira en torno al arte en todas sus manifestaciones, en la experimentación técnica y en los elementos conceptuales de donde surge su pulsión creativa; que en sus  palabras “se genera dentro de las emociones efímeras que los sentido perciben de  las experiencias que ofrece la  vida misma”.

Con un sentido crítico, objetivo y propositivo tanto en  el ámbito estético, técnico y cultural, William Patrón Novelo visualiza desde su óptica que  el desarrollo del arte en Campeche se ha generado de manera pausada y lenta  por la escasez de galerías, de políticas culturales eficaces que apoyen de manera adecuada a los creadores campechanos, además de el inexistente público que aprecie, valore y adquiera obra  para su consumo  con un sentido de  conservación, apreciación y respeto; este desde una doble óptica  que se genera por una parte;  del mismo artista y por otra  del comprador y el espectador.

Sensaciones y conceptos se trasmutan, complementan y materializan en la obra de William Patrón Novelo, donde las superficies de sus soportes  llenas de texturas y colores propician diversas pulsiones  emocionales en el que  la laceración, la tranquilidad, la perturbación, la vida y la muerte reflejan el sentido de sus creaciones  que sí mismas son el reflejo de la calidad humada, buscando en cada una de sus esculturas y pinturas  de manera inconsciente  el registro la emotividad efímera y universal de un humanismo casi extinto.