Reconocen. Como un homenaje, las obras de José Narváez son presentadas en la Biblioteca Campeche.

Reconocen. Como un homenaje, las obras de José Narváez son presentadas en la Biblioteca Campeche.

JOSÉ EDUARDO QUE  ROSADO
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Hablar de un personaje histórico va más allá del culto a la personalidad y de la reiteración de la historia de bronce. Va más allá de la conformación de una identidad por medio del discurso escrito. Escribir y hablar de un personaje del pasado es hacer referencia al reconocimiento que se merece como ciudadano de una sociedad, cuya labor artística, política y creativa tuvo una influencia en la conciencia colectiva del contexto que adoptó.

José de la Luz Francisco Narváez Márquez, nacido el 29 de enero de 1915, suele reconocerse como un referente para la música campechana, así como para la historia de los compositores que dieron a Campeche inicios inmemorables, mismos que hoy en día compiten con el himno de nuestro estado, valga rememorar la estrofa “descendientes de marinos he templado mi bravura sobre las olas del mar, sin alardes de valiente por mi honor y por mi patria sé pelear como los buenos y morir por un ideal”, de la pieza afamada y apreciada “Las torres de Catedral”.

José Narváez o “ Pepe Narváez”, como lo recuerda el círculo de músicos locales y regionales, entre los 9 y 14 años ingresó a la escuela de música de Champotón, bastándole este lapso de formación para desarrollar su habilidad como creador musical y desbordar su imaginación para componer las más de 300 canciones que existen en su repertorio, siendo las más destacadas “La novia del mar”, “Tu rival”, “Condena”, Las Torres de Catedral”, “Costeña”, “Soy Campechano”, “Ciudad del Carmen”, “Corrido Marinero”, “Tierra campechana”, entre otras no menos importantes y valiosas.

Por lo tanto, recordarlo, celebrarlo y rememorarlo con actividades que aludan a sus letras y ritmo es ingresar a la cápsula del tiempo de la historia y ubicarnos en los albores del siglo XX, para comprender  sus motivos de inspiración como lo  fueron el paisaje campechano, su arquitectura, cultura, mar y sus mujeres, que le  permitieron desarrollar una lírica romántica  que pinta y describe en cada estrofa de sus canciones.

El pintor musical del sureste, como fue llamado, obtuvo premios importantes a nivel regional, basta mencionar las medallas “Yucatán” y “Guty Cárdenas”, así como la medalla “Justo Sierra” obtenida en 1994.

Sin embargo, el mejor reconocimiento de un artista es el de su público y el de su gente, que en el caso particular de José Narváez, hasta estos días es cantado en los festivales más representativos de la entidad.

A pesar de eso, de las 300 que  canciones que escribió, sólo 100 eran de su total agrado, reconociéndolas con su característica modestia y humildad. El maestro murió un viernes 12 de agosto de 1994, siendo sus cenizas arrojadas al mar de Campeche, como fue su última voluntad.

Esta acción póstuma de deseo previo del maestro induce a la admiración y respeto de un hombre que a pesar de su inagotable talento y sus reconocimientos no dudó en regresar a las brisas y a las olas del mar que lo vieron nacer a principios del siglo XX.

Ante lo anterior, la Biblioteca Campeche, como homenaje a José Narváez  y su obra musical, invitó al público en general a visitar la exposición bibliografía del compositor, misma que se encuentran en resguardo del recinto histórico. Actividades como esta permiten un acercamiento al importante acervo cultural que tenemos en nuestra entidad y que pocos conocen.