Homenaje. Para reivindicar el papel de las mujeres como forjadores del hogar y de la familia, en la década de los treintas se inauguró un monumento especial. En la imagen un funcionario develando la pieza en un acto multitudinario.

Homenaje. Para reivindicar el papel de las mujeres como forjadores del hogar y de la familia, en la década de los treintas se inauguró un monumento especial. En la imagen un funcionario develando la pieza en un acto multitudinario.

LUIS ANGEL RAMOS JUSTO
OFICINA DEL CRONISTA DE LA CIUDAD

Víctima del vandalismo en el pasado y rezagado actualmente en un sitio al que muy pocos acuden, por más de siete décadas este monumento ha caminado junto a la ciudad que se renueva día a día, sin ser valorado y apreciado pues poco es lo que se sabe de su historia.

Para todos los campechanos al igual que en el resto del país , el 10 de mayo es una fecha especial que no puede pasar desapercibida, flores, joyas, chocolates, grandes comidas y cenas, se mezclan para conmemorar a las madres mexicanas.

Los primeros antecedentes del celebración a las madres se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Los romanos llamaron a esta celebración Hilaria cuando la adquirieron de los griegos.

En 1870 la poetisa y activista Julia Ward Howe escribió la Proclama del Día de la Madre, un apasionado llamado a la paz y al desarme. Durante un par de años, Ward Howe empeñó sus esfuerzos en llevar a cabo un congreso de esta naturaleza. En 1873, mujeres en 18 ciudades estadounidenses realizaron una reunión del Día de la Madre. Boston lo siguió celebrando durante al menos una década más. Finalmente, el presidente Woodrow Wilson declaró en el año 1914, el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo en Estados Unidos.

En nuestro país este festejo nació en 1922 cuando un periodista mexicano propuso la instauración del 10 de mayo como el día para celebrar a la madre, puesto que “no hay sacrificio suficientemente grande para el corazón de una madre; no hay cáliz de dolor y amargura que ésta no esté dispuesta a llevar a sus labios, si puede evitar una gota tan sólo de acíbar a los seres queridos, prolongación de su propia vida; no hay manera de poder aquilatar con certeza la profundidad y alcance del amor materno”.

Una década después primera dama del país, Soledad Orozco de Ávila Camacho institucionalizó el Día de las Madres. La iniciativa contó con el apoyo de las “buenas familias”, la Iglesia Católica y doña Soledad Orozco, que en ese día solía  regalar a las madres humildes estufas de petróleo, planchas de carbón y otros utensilios domésticos de bajo precio. Lo que más revuelo causó fue que el 10 de mayo el gobierno pagaba las boletas que en el Monte de Piedad amparaban máquinas de coser y menaje de casa.

Monumento Madres

Diez años más tarde, el presidente Manuel Ávila Camacho colocaría la primera piedra del Monumento a la Madre en la Ciudad de México, donde también una placa dicta “A la que nos amó antes de conocernos”.

Décadas más tarde la medida adoptada en la capital del país pronto sería secundada por las demás ciudades mexicanas y aquí en Campeche un monumento en especial eternizó el amor profundo de una madre hacia sus decendientes.

El conocido por todos como ‘Monumento a la Madre’, según las fuentes, fue construido en los años 30´s y se ubicó en el primer Parque a la Madre que se construyó donde ahora se ubica la escuela primaria Adolfo López Mateos, en el barrio de San Román.

El monolito fue mandado a esculpir por el presidente municipal Manuel S. Silva en 1937 y fue colocada en el sitio antes mencionado el 30 de noviembre de 1937. Los encargados de labrar en mármol el monumento fueron los hermanos Calderón que muy posiblemente residían en Mérida.

La figura de piedra que muestra a una madre amamantando a su hijo, permaneció por un tiempo en el mencionado parque, hasta que se proyectó la edificación de una escuela primaria.

Fue por ello, que la escultura fue trasladada al barrio de Santa Lucía y adornó por algunos años aquellos parajes. En 1971, de acuerdo a las fuentes el Monumento regresó al barrio de San Román. Pero ahora adornaría el llamado Circuito Baluartes y se ubicó en una glorieta frente al baluarte de San Carlos.

En este lugar además servir para rendir homenaje a las madres también fue el derrotero político para que los gobernadores campechanos dieran muestra de su respeto por la mujer campechana.

La ignorancia del valor que tienen nuestros monumentos históricos ocasionó a que el monumento a la Madre fuese vandalizado durante los años 80’s, época en que la ciudad crecía mientras la seguridad pública comenzaba a desarrollarse.

En la actualidad es imposible ubicar el monumento a la madre sobre la avenida Circuito Baluartes, pues debido a las obras de rescate del centro amurallado de la ciudad, en 2014, la escultura fue retirada para ser nuevamente colocada en el Paseo de los Héroes del tradicional barrio de San Román.

No obstante, en una visita al monumento cualquiera se puede percatar de la falta de descuido en la que permanece la mítica pieza, pues a los encargados de reubicar la pieza, se les olvidó ponerle su tradicional placa.

Es deber de todos los campechanos mantener para  la posteridad este monumento como parte de nuestro patrimonio cultural.