Esplendor. Los portales del edificio Cuauhtémoc que hasta antes de la década de los sesentas poseía arquerías de tipo morisco fueron remplazados por otros modernos. Su actual fachada es de corte más ‘austero’.
LUIS ANGEL RAMOS JUSTO
OFICINA DEL CRONISTA DE LA CIUDAD
Los cambios en los edificios más emblemáticos del Centro Histórico emprendidas en el año de 1962 fueron con la finalidad de modernizar la ciudad, con ello, todo lo viejo y tradicional estaba condenado a su pronta destrucción.
Fue por ello que los portales moriscos Ωque hoy solo se observan en añejas fotografíasΩ, fueron destruidos por el capricho de un gobernante que en su afán de modernizar la ciudad y separó lo colonial de lo moderno. En ese entonces, no hubo ninguna queja, ningún campechano aconstumbrado a ver la tradicional arquería se opuso, -eran otros tiempos donde la voluntad de un gobernador no podía ser desobedecida-, su suerte estaba escrita y su destruccíon era inminente.
“Una firme inquietud, un legítimo deseo de campechano, me decidieron a emprender una labor intensa de construir obras públicas en la ciudad de Campeche, con un doble objetivo; realizar mejoras en beneficio social y a su vez, embellecer, dentro de nuestras capacidades económicas la capital del estado”. (Primer informe de José Ortiz Avila, 7 de agosto de 1962).
LOS ORÍGENES
De casa particular a edificio administrativo y después comercial, este inmueble fue el lugar natal de Pedro Baranda, se localiza en la Calle 10 entre 55 y 57 del Centro Histórico. Este inmueble fue una importante mansión durante el periodo colonial cuyos portales daban directamente a la plaza sobre las calles del comercio y sobresalía de otras construcciones de la misma cuadra por sus arcos de tipo morisco.
Desde su construcción, este edificio fue uno de los más emblemáticos después del viejo Palacio de Gobierno en el corazón de la ciudad. Tuvo diversos usos, de hecho, se sabe que entre 1517 y 1776, formó parte de un conjunto de edificios administrativos donde se ubicó la Cárcel, Audiencia, Alhóndiga y Casa Real (hoy portales), ya que por disposiciones de la Corona al fundarse una villa en los nuevos territorios conquistados, los edificios administrativos debían ubicarse en torno a la plaza.
Siglos más tarde, este lugar fue de uso particular. Ahí el 13 de marzo de 1777 nació Pedro Sáinz de Baranda, ilustre campechano, marino e industrial, que desempeñó importantes cargos políticos y participó en la batalla de Trafalgar.
Después entre 1863 y 1961, este espacio fue ocupado por el Hotel Cuauhtémoc, en donde se alojaron muchos ilustres viajeros del siglo XIX y principios del XX.
EL PROGRESO SE HACE PRESENTE
En la década de los sesentas, por capricho del gobernador José Ortiz Ávila (1961 – 1967), se demolió la arquería morisca del Hotel Cuauhtémoc, por considerarla sin valor arquitectónico y dar paso a los llamados Portales Revolución.
De hecho, desde que el mismo gobernante tomó las riendas del estado, se advertía un nuevo tiempo para la ciudad. “Nuestro estado reanuda hoy la marcha en busca de la superación y se presta, con renovados bríos, a continuar la marcha en pos de su mejoramiento en todos los órdenes… actuamos, no por capricho unipersonal y menos pretendiendo sacar adelante, contra todo lo razonable un ideal equivocado”. (Revista Campeche, 16 de septiembre de 1961, n.1036).
Con este ideal también se construyeron otras obras modernas como la nueva sede de los poderes estatales similar a los edificios de la ciudad de Brasilia. Fue el arquitecto capitalino Joaquín Álvarez Ordoñez el encargado de las principales obras edificadas.
Aunque se generó una fuerte polémica en época contra la decisión del mandatario estatal, éste nunca cedió a sus deseos de modernizar la urbe campechana ya que, “podría decirse que a pesar de hace lo que hacen todos, hizo más que todos. Fue un gobernador, un auténtico genio de la obra pública. Transformó la capital del Estado que no había cambiado en décadas. (Salvador López Espínola, Las sucesiones gubernamentales en Campeche de 1931 a 1991, pag.63).
La que fuera casa natal de don Pedro Sáinz de Baranda, ahora es ocupada tanto por comercios así como oficinas. Sigue siendo uno de los sitios más emblemáticos del Centro Histórico y además un Patrimonio que debe preservarse.
