Con el movimiento estudiantil actual se presentan varias lecturas, algunas muy fumadas y otras, las preocupantes, restándole importancia a que un grupo de universitarios se unan para demostrar un rechazo.
Los alumnos de la UNAM echando porras del IPN y estos en retribución aventándose unos “Goyas” al ITESM, la Ibero, La Anáhuac y el ITAM, entre otras, nuestras universidades más prestigiadas aportando alumnos para unirse en un movimiento que no se había dado desde el fatídico 68.
Los comentarios en contra hablan de que sólo fueron 45,000 y que en un universo de 9 millones eso no es nada. A ver, ¿cómo fue? 45,000 seres humanos, futuros abogados, arquitectos, médicos, ingenieros y un largo etc… ¿no son nada?
En estos espacios escribo de la posibilidad de cambiar nuestro entorno y para eso solo necesitamos nuestra acción. Ahora imaginen que a su intención de cambiar su entorno se suman 44,999 personas más que buscan lo mismo que tú y que olvidan por unos instantes que eres de otro colegio, de otra facultad, de otra ideología, de otra preferencia sexual, en fin olvidan todo lo que puede dividir y se concentran en aquello que los hermana y une. Son Universitarios, son mexicanos y están Hartos de no ser tomados en cuenta.
Seguramente han escuchado decir a nuestros políticos que los jóvenes son el futuro del país. Seguramente no esperaban que el futuro se les convirtiera en presente de la noche a la mañana y les cambiara todo el panorama.
Seamos claros, algunos políticos enarbolarán la bandera de los estudiantes y estos se dejarán consentir. Ninguno dirá que está en contra, pues no es funcional pero intentarán por todos los medios de restar importancia al movimiento.
Algunos seguidores de candidatos -incluso los llamarán “porros”, vándalos”- y se volcarán a decir que no importan en lo mas mínimo. Que son pagados o que son violentos.
Las campañas se han encargado de polarizar mi sociedad, o estás con o estás contra. Pero de repente aparece un nuevo grupo, un nuevo jugador conformado por 45,000 cabezas visibles y miles más apoyando pero aún temerosas de salir.
Estos 45,000 estudiantes ya son parte de la historia y podrán contarle a sus nietos que fueron parte del movimiento estudiantil del 2012 que logró ________________ (de ellos depende y a nosotros nos urge).
En una sociedad lastimada, temerosa, políticamente dividida y tristemente apática. Un grupo de jóvenes me devuelve la esperanza, me gritan que ahí están y que llegaron para quedarse y como sociedad debemos de velar porque su “protesta” sea escuchada, y su intención sea sana. Pues a esos 45,000 seres están siendo atraídas nuestras esperanzas de mejora y de cambio. Y los universitarios lograron en unos días lo que no habían logrado los partidos políticos en años: despertarnos como sociedad y emocionarnos como mexicanos.
Gracias Universitarios por demostrar que hay cosas más importantes que donde estudio o por quién voto. Gracias por despertarnos y sacudirnos. Gracias por gritar más fuerte que las televisoras y encauzar una sociedad. Gracias por devolverme la esperanza y si, ¡soy su fan!
Y a los que creen que se puede tapar el sol con un dedo… al sol le vale un pepino que lo tapen ahí sigue brillando para todos los demás.
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