A nadie sorprende que el ‘deporte’ favorito del cierre de trienio o sexenio es el chantaje y amenazas contra la autoridad saliente de Campeche. Hace unas semanas fueron los trabajadores sindicalizados los que exigieron su bono. La semana pasada, el eterno ‘líder social’ irrumpió en el Palacio federal para exigir justicia al campo. Y este fin de semana fueron los ejidatarios de la junta municipal de Chiná, que exigen al Ayuntamiento el pago de la renta de terrenos donde están ubicadas las bombas de agua que abastecen a la ciudad. Su demanda ha puesto en riesgo el suministro y en varias de las colonias se sintieron ayer mismo las consecuencias. Esta acción unilateral tiene precedentes y fue el paro de sindicalistas de Aseo Urbano que en al menos cuatro ocasiones dejaron sin servicio a la ciudad.
¿Es válido secuestrar de nuevo los servicios públicos del municipio a fin de recibir pagos pendientes? De ninguna manera lo es, pero también es cierto que las autoridades –salientes o no- del ayuntamiento no pueden omitir obligaciones que en el caso de los ejidatarios dependen de esos recursos para su sustento diario. El ayuntamiento está ahogado en deudas, pero de ninguna manera puede distraerse en el funcionamiento de los servicios públicos. Fueron muchas las lecciones que debieron aprender las autoridades con los chantajes anteriores. El colmo es que no estén preparadas para enfrentar una amenaza así. No hay duda de que un pequeño grupo sea el que opta por medidas de presión en Chiná, pero los conflictos crecen cuando la autoridad falla en su responsabilidad básica.
TUMBABURROS
Bomba (Sust. común). Artefactos que fueron colocados ayer como herramienta de negociación y chantaje contra el ayuntamiento, que una vez más es puesto contra la pared por la falta de pagos. Objetos que tienen un alto valor cuando a nadie se le ha ocurrido que pueden sustituirse con otras inversiones.
Botica (Sust. común). Dícese así a aquellos negocios expendedores de medicinas que están en proceso de extinción ante la presión de poderosos laboratorios internacionales, las medicinas de patente y las cadenas farmacéuticas. Expendios que han sido nuestra salvación para las emergencias.
Calle 59 (Sust. propio). Nombre de una arteria del Centro Histórico de la ciudad que se ha vuelto una pesadilla de hace muchos meses, desde que a cierto alcalde se le ocurrió hacerle mejoras. Camino que si pudiera hablar dirigiría muchas maldiciones a autoridades.
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