Estimados maestros: Esta semana, un grupo de docentes campechanos se unió a las marchas que la CNTE realiza en la capital del país. Todos entendemos la situación del magisterio y todos queremos una mejor calidad de la educación.
¿Por qué se resisten a aceptar que para educar hay que estar educados? ¿Por qué se quieren negar a ser examinados para pararse frente a un salón de clase?
No todos, pero muchos de los que están en las protestas, es mejor que se queden bloqueando avenidas y marchando, porque hacen menos daño en las calles que en las aulas.
Sé que en ustedes puede existir un sentimiento de rencor; por décadas los han utilizado para una y mil batallas, muchas de ellas las han ganado y en otras dieron su mayor esfuerzo, pero en una y en otra han sido bien retribuidos.
Ustedes han visto pasar una docena de presidentes y otro tanto de senadores, diputados y gobernadores. Si algún sector sabe cómo se mueve la política son ustedes, tanto, que decidieron -para no quedarse fuera- crear un ejército electoral bajo las siglas de un partido que poco aporta pero que en mucho se beneficia.
Cuando en 1982 Miguel de la Madrid propuso descentralizar la educación ustedes se opusieron, y se logró hasta 10 años después. ¿Por qué lo aceptaron? Porque les permitía, como hasta la fecha, hacer una doble negociación de sus salarios y prestaciones. Año tras año piden aumento salarial a la SEP, y año con año piden aumento salarial en el estado con “por cientos” que comprometen cada vez más los recursos públicos.
Maestros, ustedes no pueden ser intocables, incuestionables o innombrables. Entiendo que resulta difícil aceptar que sean evaluados en un país donde el presidente creía que “La Silla del Águila” fue escrita por Enrique Krauze y no por Carlos Fuentes, sé que les pesa aceptar que líderes sindicales como Isaías González, Armando Neyra, Joel Ayala y Carlos Romero Deschamps sean senadores y sean ellos quienes voten para que ustedes sean evaluados como si tuvieran la calidad moral para hacerlo.
Entiendo que todos, o casi todos, hoy están contra ustedes, cuando en épocas electorales son sus aliados, pero en cualquier caso ustedes han estado conscientes de eso, y muchos millones de pesos se han destinado a pagarles favores.
Reconozco el valor que tienen al salir a la calle a decir lo que piensan en un país dónde parece que ya nadie se opone a nada. Parece, digo.
Reconozco que si solo uno de ustedes reprueba un examen, la sociedad, los niños, los padres de familia, el gobierno, el país está reprobado, pero por algún lugar se tiene que empezar.
No creo que contra ustedes se tenga que sacar brillo a los bastones para desalojarlos pero una actitud radical de su parte tampoco puede ser el camino.
México, Campeche y ustedes tienen que sacar cuenta, la educación cuesta pero sé que es mucha más cara la ignorancia.
El tema no está en cuánto se gasta en la educación del país, sino cómo se gasta.
México destina el 5.6 por ciento de su Producto Interno Bruto a la educación. Son 587 mil 379 millones de pesos en este 2013, pudiera ser más, pero con este recurso también pudiéramos tener mejor calidad en la educación.
Campeche destina casi el 40 por ciento de su presupuesto del estado al sector. En 2013 se destinan 5 mil 653 millones de pesos al sector pero solo poco más de 100 millones pueden destinarse a mejorar la infraestructura, el resto se va a sus salarios. Pudiera ser más, quizás, pero eso no garantiza que la educación sea mejor, si los que la imparten no son mejores.
Pero hay que ir por más, ahora se acerca la época de negociar prestaciones, esas que están fuera del presupuesto, esas que se negocian a puerta cerrada en la que por una parte está la autoridad y por la otra su sindicato pidiendo que aumenten un poco más. Si la canasta de fin de año fue de 200 pesos ahora que sea de 300. No digo que no lo merezcan, digo que no siempre todo estará de su lado. Las exigencias de su sindicato no pueden costarle a los campechanos otros 500 millones de pesos adicionales. Imposible. Inadmisible.
Maestros, lanzarles tanquetas de agua, encimarles los caballos de la policía montada, partirles un bastón en el hombro no es hacer patria, pero con negarse a ser evaluados, con evitar a toda costa que juzguen su capacidad para educar tampoco la están haciendo.
Los ignorantes, los corruptos y los oportunistas un día se irán del poder, pero si un maestro se queda en el salón, sin estar preparado, hace igual el mismo daño.
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aurea
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JUAN PEREZ
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lisette
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Julio
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Víctor Sarmiento
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Luis Humberto Pantí Chuc
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TRUE
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Docente y madre
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TC
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fher