Finanzas Personales
Adolfo Vargas Espínola
AV Asesoría en vida protección patrimonial, retiro y seguros. [email protected]
@av_campeche

“Si la educación financiera fuera básica y obligatoria en México…¡Hmmm, qué interesante!”

Voces, Jueves 19 septiembre, 2013 a las 12:22 am

¡Imagínate este país, si en algún momento de la historia se hubiera establecido de manera constitucional que la educación financiera también debería ser contemplada como obligatoria dentro de la educación básica!

¡Uff! La de deudores, tarjetazos y colas a la casa de empeño que nos hubiéramos ahorrado. Estimado lector, la cosa no es ver si le echamos la culpa a las leyes, al sistema educativo o a nuestro maestro de primaria del porqué no sabemos hacer bien las cuentas mes a mes, sino tener la voluntad de querer hacer el cambio que nos lleve a buscar más información, aprovechar el conocimiento que adquirimos y sobre todo entender que la educación financiera es de las mejores inversiones que podemos hacer y de las mejores herencias que podemos dejar a las siguientes generaciones.

¿Por qué? Porque seguramente conoces o has escuchado (sino es que eres tú) sobre aquella persona que por falta de información sufre cada fin de quincena y suspira de preocupación cuando llega el estado de cuenta de su tarjeta de crédito. Estoy seguro de que esta persona, si cuando asistía a la secundaria le hubieran dado clases de “Cómo cuidar su dinero” como materia obligatoria, en este momento no estaría pensando a quién le va a pedir o qué va a empeñar para pagar los platos rotos de la noche mexicana que acaba de organizar.

Así también, seguramente conoces o has escuchado (y ojalá seas tú) de aquella persona que es ahorradora, cuida su dinero y piensa en su futuro económico, porque su papá o abuelito le dijo alguna vez “del dinero que ganas, ahorra la mitad”. Esa persona seguramente tuvo la opción de hacer su fiesta, irse de viaje o quedarse en casa, pero probablemente eligió la última opción porque sabe que es mejor ahorrar para otras metas personales.

Tuvo todas estas opciones, pero supo elegir, porque la educación financiera que recibió le dará siempre la oportunidad de disfrutar de libertad económica, que es el beneficio final.

Y por si fueran pocas razones, qué mejor manera de trascender en las siguientes generaciones como un ejemplo a seguir. Que te recuerden como el abuelo independiente que no fue una carga económica para los demás y que siempre tuvo “para sus gustos” y no pasar a la memoria de nuestros hijos con la imagen de “ah, cómo recuerdo que mi mamá siempre estaba angustiada y organizando tandas pa’ pagarle al abonero”.

Porque estos casos (desafortunadamente) se están volviendo muy comunes, del 23 al 29 de septiembre la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) celebra la Semana Nacional de la Educación Financiera, durante la cual habrá varios espacios, ponencias y actividades donde seguro encontrarás información muy interesante que te ayude a iniciar, mejorar y hasta compartir los buenos hábitos financieros que harán que tu bolsillo tenga más opciones y menos tentaciones.

Lo mejor de la educación financiera es que no tienes que pagar inscripción, esperar a que empiecen las clases o, peor aún, rogar a que los respectivos maestros no estén en plantón. La educación financiera está disponible en todo momento, y solo necesita que tú quieras darte la oportunidad de hacerte de este conocimiento y herramientas para que puedas tomar mejores decisiones en el futuro.

Y si de plano no puedes, o te las arreglas para escabullirte y no asistir a este evento, descuida. Este columnista está en la mejor disposición de seguir escribiendo para animarte a reflexionar, orientarte o por lo menos entretenerte hablando de finanzas personales.

Así que por el momento… estimados diputados y senadores, descansen tranquilos. Que si bien, por el momento el cambio no es constitucional, será por conciencia y ganas de mejorar de la gente que tiene ganas de ahorrar.

Por favor, hazme llegar tus comentarios a mi correo [email protected] ¡Ah!… y recuerda, “la lana viene y va… pero porque tú la dejas escapar”. ¡Hasta la siguiente colaboración!