I.- En toda guerra hay ganadores y perdedores. En la batalla magisterial por el divisionismo del SNTE en cuanto a la Reforma Educativa el secretario de Gobierno, Roberto Sarmiento Urbina, le comió el mandado al secretario de Educación, José Farías Maldonado. Con la solución al conflicto el primero demostró ser un operador eficaz mientras que el segundo un funcionario que simplemente hace bien su trabajo y nada más. Sarmiento se vio como el ‘bombero oficial’ que resuelve los problemas y eso es apreciado. Seguro espera ser reconocido cuando llegue la hora de la hora.

II.- Dicen los que saben de política que hay que saber ver bien quienes salen en la foto. El IV Informe de Actividades del DIF Estatal sirvió para reunir a la clase política, pero también para ver quien se mueve inteligentemente en el ajedrez político de la ciudad. Y aunque el besamanos de secretarios, diputados y todo tipo de políticos fue interminable, por más que se pararon de puntillitas solo algunos pocos afortunados lograron alcanzar los flashazos.

La presencia en ese magno evento de la alcaldesa de Campeche, Ana Martha Escalante Castillo, sigue haciendo crecer su popularidad y, aunque jure, perjure y reperjure que no son los tiempos electorales, sabe cómo ponerse bien en la foto pese a la bola de envidiosos que hacen hasta lo imposible para ponerse delante de ella.

A los que no se les vio cerca es a los senadores y diputados federales que, aunque estaban bien enterados de la importancia del evento para la primera familia, evidentemente no movieron bien sus piezas y, esta vez, quedaron fuera de la foto oficial. Quizá no llegaron por aquello del miedo a los tomatazos de un grupo de empresarios que también estaban presentes en el Circo-Teatro Renacimiento.

III.- La iniciativa privada de la entidad anda con los pelos de punta y las amenazas sobre un cambio de bando no se han hecho esperar. En sus reuniones con senadores y diputados federales a puerta cerrada, el sector empresarial advirtió de las graves consecuencias que tendría la Reforma Hacendaria y ahora se dice decepcionada de esos políticos y de su partido. Esto mete en aprietos el Gobierno del Estado que no puede hacer nada y tiene todas las de perder: por un lado no tendrá más dinero y por otro los empresarios se verán obligados a realizar ajustes en sus nóminas para hacer frente a los nuevos compromisos fiscales. La estabilidad económica y laboral se pone color de hormiga. ¡Aguas!