El oro negro y verde de Campeche

Para algunos de los que asistieron a la visita del Presidente Enrique Peña Nieto a Calakmul, esta ha sido la ocasión en la que observaron a los miembros del Estado Mayor Presidencial más relajados. No hubo alimentos ni jugos, solo agua en bolsas. Llegaron casi todos, pero ni todos los invitados asistieron, ni todos los que asistieron estaban invitados. Hubo fotos con las secretarias de Turismo, de Medio Ambiente, con la rectora de la UAC, saludos a los ex gobernadores Abelardo Carrillo y Salomón Azar. Los legisladores Raúl Pozos y Alejandro Moreno en primera fila, junto a los secretarios del gabinete estatal, sobre el estrado los titulares de Turismo, Relaciones Exteriores, Educación Pública y Medio Ambiente; el gobernador Fernando Ortega, el Presidente y la representante de la Unesco en México. Titulares de Conafor, Conaculta e invitados del municipio de Calakmul. Un ambiente festivo en medio de la segunda reserva natural más grande de América. Todos de blanco. Ellos de guayabera, ella de lino.

Los diputados locales invitados solo fueron María Santamaría Blum, Jose Manuel Manrique, Raúl Uribe, Ramón Ochoa y Luis Castillo, todos representantes de las comisiones de Turismo y Medio Ambiente.

Ortega Bernés durante los 19 minutos que duró su intervención se dirigió a Peña Nieto, reconoció a la UAC, a los arqueólogos y lo logrado sobre Calakmul en cada sexenio, agradeció la inclusión del municipio al Plan Nacional de Infraestructura y el aporte que recibirá Campeche tras la leyes secundarias de la Reforma Energética.

Nuria Sanz Gallegos, representante para la Unesco en México, distinguió a la región al considerar que la cultura maya “es la mejor representada en la lista del Patrimonio Mundial. No hay una sola cultura que tenga 11 lugares: siete culturales, dos naturales y dos mixtos, uno en Centroamérica y ahora en Campeche”.

Juan José Guerra Abud, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, manifestó que gracias al Presupuesto enviado por el titular del Ejecutivo Federal y aprobado por el Congreso de la Unión, durante este año se van a “asignar mil 750 millones de pesos para darle protección de servicios ambientales a 2.8 millones de hectáreas. En Campeche van a ser del orden de 60 millones de pesos para proteger 130 mil hectáreas.

Teniendo un gesto de cortesía al recordar al ex gobernador Rafael Rodriguez Barrera y de las tantas veces que le hablaba de Calakmul, José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que la entrega del Certificado de UNESCO como Patrimonio Mundial Mixto para Calakmul, acredita a México como un actor global responsable.

El presidente Enrique Peña Nieto trajo buenas noticias para el municipio más pobre de Campeche, instruyó a la Secretaría de Turismo para mejorar las condiciones del museo de Calakmul, y diseñar un programa especial de crecimiento turístico y desarrollar un parque temático en apoyo a esta zona arqueológica, similar a los que se realizarán en Teotihuacán, Chichén Itzá y Palenque, e instruyó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para modernizar y ampliar la carretera que comunica hacia Calakmul, de más de 60 kilómetros, para que tenga un mayor número de visitantes; así como ampliar y modernizar el aeródromo.

UN CUENTO. Cuenta la señora Gladys Ortega de Echeverría que su suegro, el ex gobernador Eugenio Echeverría, en sus recorridos por todo el estado cuando estuvo a cargo de la construcción  de la líneas férreas, años antes de ser gobernador, escuchaba de las personas mayores que vivían en medio de esa selva de Calakmul, que existía una ciudad maya inmensamente grande y perdida, por los limites con Guatemala y Belize.  También se escuchaba que en la década de los 30, un arqueólogo estadounidense había estado tratando de encontrarla y tenía algunos mapas que describían la probable ubicación.  Años después de ser elegido Don Eugenio Gobernador, intrigado por la “ciudad pérdida”, organizó un programa a través de la Universidad Autónoma de Campeche que contrató a un maravilloso equipo de Arqueólogos, William Folan, Raúl Pavón, Roman Piña Chan, entre otros especialistas, a quienes se les dio la información disponible para encontrar Calakmul.

Cuentan que cuando Federico, hijo del gobernador, tenía 13 años, un día se le hizo tarde para entrar a la escuela y le cerraron la reja, y decidió ir al Palacio de Gobierno a ver a su padre. En ese momento Don Eugenio recibió la llamada con la noticia de que finalmente acababan de encontrar bajo el dosel de la selva, la más grande ciudad maya. Rápidamente prepararon el helicóptero para volar la zona, Don Eugenio se llevó consigo a su hijo, y juntos volaron siguiendo las coordenadas que habían reportado los arqueólogos. Casi una hora después empinada por encima de los árboles se veía la cresta de la pirámide. El mundo moderno descubría así una de las cunas más importantes de la civilización maya.

REFLEXIÓN. Desde la capital de Campeche, nos separan de Calakmul 290 kilómetros, tres horas de viaje, unos mil pesos por persona y el ánimo de líderes ejidales que cuidan la reserva, la protegen y que cobran por ella como si fuera suya.

Calakmul está ahí, siempre estuvo, la federación ahora ha hecho y está haciendo lo que es posible para abrirlo al mundo, han pasado seis administraciones estatales hasta la fecha para que empiece a florecer en realidad un proyecto sustentable, hay recursos disponibles y proyectos sobre la mesa, Calakmul fue descubierto pero sigue siendo una ciudad perdida, en la extracción petrolera tenemos el oro negro, y en aquella reserva natural tenemos el oro verde, tenemos todo para convertirnos en el corazón económico, cultural y ambiental de México.