El último grito de Fernando

Hoy 15 de septiembre, Fernando Ortega Bernés encabezará como gobernador el último acto de la independencia de México. Inicia así el sexto año de su administración. Y lo inicia como lo empezó. En septiembre del 2009 empezó su administración en la Biblioteca Campeche. Allí dio a conocer 22 nombramientos de su gabinete legal y ampliado.

“Vivimos momentos complejos, delicados, de mucha estreches financiera, pero estoy absolutamente convencido que a quienes hemos entregado esta confianza inicial, son personas que en primerísimo lugar tienen un gran compromiso con este estado, y eso es lo que de manera esmerada y subrayadamente quiero establecer”, fueron sus primeras palabras como gobernador constitucional de Campeche.

A lo largo de cinco años, Ortega entendió que no todos estaban comprometidos, que el ejercicio del poder fue desgastante para algunos, que no faltaron los comprometidos con Campeche, y los que a la par estaban comprometidos consigo mismos.  No todos estuvieron a la altura de las circunstancias y no pocos confundieron el camino. Muchos le han sido incondicionales y otros no entendieron las circunstancias y se dicen decepcionados o incomprendidos.

Esta mañana, Ortega Bernés se reúne con su gabinete en pleno en el Centro de Convenciones de Campeche. Están citados todos a un desayuno, el último que tendrán un 15 de septiembre. Roberto, Enrique, Tirso, Carlos, Evelia, Everardo y Juan Fernando llegaran hoy, cinco años después, con la misma responsabilidad que se les asignó en la Biblioteca Campeche aquella mañana del 2009. Otros 15 cumplen otras responsabilidades a nivel estatal o federal.

Es la última vuelta a la tuerca, es el inicio de la cuenta regresiva porque el año que resta es para el proyecto de Fernando el más importante de su sexenio, y no necesariamente por el último, sino porque tiene en ejecución más proyectos que los realizó en el primer año de su administración. Proyectos que se tienen que concluir y que no permiten distracciones. Ortega está consciente que mucho de su legado como gobernador, depende de estos últimos 365 días, el reto no es menor.

A las 8 de la noche, un brindis está previsto en el ex templo de San José, están invitados todos, los que están y los que estuvieron, desde allí todos irán caminando a los bajos del Palacio de Gobierno para escuchar al gobernador dar el último Grito de Independencia a los héroes que nos dieron patria. Minutos después quedaran 364 días, y si algunos de los invitados no lo entiende que se aparte del camino. Allí seguramente estará quien haga redoblar las campanas en 2015. Al tiempo.

EL INFORME. El senador Raúl Pozos hizo lo que sabe hacer. Oportuno antes del inicio de la veda electoral que inicia en octubre, convocó a su II Informe de actividades. ¿Será el último? No se sabe, pero se comportó como si lo fuera. Prudente como suele ser, no quería provocar, estaba convencido de que era necesario pero al interior de su equipo la pregunta era ¿cuándo?

Llegó la clase política de Campeche, y una buena camada de senadores de Jalisco, Oaxaca, Nayarit, Yucatán, Puebla, Tabasco, a los que se suman su compañero, Oscar Rosas. Entre ellos también a destacar el empresario Ricardo Arzua, hoy senador poblano señalado como la carta del presidente para la elección de Puebla del 2016.

Pozos explicó su “Campeche Puede”. Hizo un recuento de sus 34 años de carrera política y sus resultados como senador campechano, el mensaje fue respetuoso pero contundente, su intención de aspirar a la candidatura de su partido fue subliminal de arriba a abajo. Algunos colaboradores consideraban que ese era el momento de destaparse oficialmente. Pozos, días antes, replicaba que no, que sería una falta de respeto a otros aspirantes que asistirían al Informe, no lo hizo, porque allí estaban e hizo bien. “No quiero hacer sentir incómodo a nadie, son mis invitados, mis compañeros, no mis adversarios”, se mantuvo en esa postura.

Todos los que lo apoyan en esa causa encontraron finalmente la vitrina para exponerse, para hacer notar que están con él, incluso muchos que hasta ahora se habían mantenido al margen de mostrar su preferencia política. Otras aspirantes, la alcaldesa de Campeche, Ana Martha Escalante demostró altura política, allí estaba, cerca otra aspirante, la directora del Inapam, Aracely Escalante, y hasta el aspirante panista, el senador, Jorge Luis Lavalle Maury.

En la versión del informe en Carmen se unieron importantes empresarios locales. Aquí y allá dijo mucho en pocas palabras: “en política sirve el que sirve”. En otras palabras servir no es comprar, servir no es prometer. Mucho ayuda una clase política que rinda cuentas, que no abuse de la sed y el hambre de los ciudadanos, aunque por mucho, emborrachar a un pueblo es muy fácil, lo difícil es informarlo. Cada quién sabrá el Campeche que quiere.