Vladimir de la Torre_3
Golpe de Timón
Vladimir De la Torre
Licenciado en Filosofía y Letras, y master en Comunicación Social por la Universidad de La Habana. Periodista de la Agencia Prensa Latina. Colaborador de diarios de Nicaragua, El Salvador, Chile y Argentina. Investigador para Unicef en España, Jamaica, Inglaterra, Emiratos Árabes Unidos, Italia, y Qatar. Productor y conductor de Telesur.
@delatorremorin

Bolonchén, Ayotzinapa y el ranking 

Voces, Lunes 10 noviembre, 2014 a las 9:31 am

BOLONCHÉN. En el salón de ex presidentes del CCE, el gobernador Fernando Ortega dio quizás el discurso público más fuerte de su administración, el más crítico, también uno de los más necesarios. Se había reunido en privado con Silvia, la viuda y hermanos de Dennis Canché,  padre de dos niños, que falleció en Bolonchén a causa de una irresponsabilidad policial.

“El gobierno tiene la responsabilidad, cuando alguien del gobierno se equivoca, de actuar con firmeza y asegurarse que quien viola la ley o comete un delito inaudito como el que se cometió en Bolonchén, lo pague y muy caro”, dijo Ortega.

Entonces hizo un análisis del sistema político y quienes lo integran: “La política, esa política que está tan desprestigiada, porque la gente dice, y muchas veces con razón, los políticos nada más sirven para robar dinero, los políticos nada más sirven para generar problemas, los políticos no escuchan al pueblo, los políticos no trabajan, no piensan en la gente, y yo quiero hacer una corrección: no es político, naturalmente, el que no escucha  a la gente, no es político el que no entiende que, si está en el gobierno, es porque el pueblo lo puso,  que si trabaja en el gobierno es porque el pueblo le paga su sueldo”.

En una clara alusión a los partidos que quieren usar lo de Bolonchén para sacar provecho político, se refirió así: “Político no es el que le mete más leña al fuego, político no es el que quiere sacar ventaja de los conflictos, el que enreda más las cosas, político no es el que hace uso de hechos reales de injusticia, que pueden ocurrir para sacar provecho político”.

Tiene razón Ortega en señalar que “los hechos  de injusticia se tienen que resolver con justicia, no  con más conflicto, no con más violencia, no quemando instituciones que son del pueblo, aunque a veces las instituciones la ocupen bandidos y sinvergüenzas, pero no todo es así,  ni siempre todo es así”.

Y remató: “Quien se considere político que resuelva problemas, que resuelva conflictos, que se comprometa a defender los intereses de una comunidad, no los intereses de un partido político o de otros políticos”.

La respuesta a la barbarie de Bolonchén no admite politiquería. Los partidos, todos, están en derecho de fijar una postura, e incluso están en la obligación de exigir que se aplique la justicia, velar por un proceso judicial limpio y transparente. No hay, afortunadamente, un solo indicio de que no será así. Alentar a una comunidad a que tome venganza por su propia cuenta es irresponsable, irresponsable y ruin, ruin y mezquino.

AYOTZINAPA. ¿Cuándo se tuvo que convertir lo ocurrido en Guerrero en un problema para el gobierno federal? Nunca. Nunca si no hubiese tardado 11 días en atraer la investigación la PGR. Nunca si no se hubiese dicho aquella desafortunada frase de “eso es un problema que tienen que resolver los guerrerenses”. Nunca sí el ejecutivo federal hubiese dedicado en sus discursos a lo largo de 33 días un poco más de tiempo y no sólo 16 minutos en total. Nunca si hubiesen recibido en Los Pinos antes a los padres y no 30 días después. Nunca si los principales medios nacionales les hubiesen puesto el micrófono a los padres de familia y no solo a las autoridades. Nunca si el Procurador hubiese dicho: “No puedo contestar más preguntas porque me esperan para una reunión” y no su fatídico  “ya me cansé”. Nunca si el avión Boeing TP-01 no hubiese despegado con destino a China con toda la delegación presidencial y maquillistas incluidos.

¿Qué tendría que decir de todo la mejor manejadora de crisis del mundo, Judy Smith? Mucho, mucho porque todos los conceptos primarios en los que basa su plataforma para manejar crisis institucionales fueron pasados por alto.

Los ciudadanos no se conforman fácilmente. Quieren a sus representantes y sus líderes en el lugar de los hechos, sea un huracán, una inundación o una masacre. Los quieren en la primera línea. No entender a la nueva sociedad es parecer indiferente y cuando se da la im-precisión de indiferencia, entonces los ciudadanos toman parte, empieza a señalar culpables  y empieza a crecer una ola de  histeria colectiva.

La versión mexicana de Smith en México es un hombre, no tan brillante como Judy. Es Francisco Guzmán Ortiz, fue su principal asesor durante la gubernatura, la campaña presidencial y ahora en Los Pinos, acertando en otras contingencias, en Ayotzinapa se equivocó.

ASÍ VAN. Cuando fue cancelado  el contrato a “Pulso Político”, en la Cámara de Diputados para llevar el desempeño individual de cada legislador del país, para lo que había un presupuesto de 115 millones anuales, Borde Político entró a ocupar el espacio. Ahora es el sitio “oficial” que ve con lupa a los 500 diputados y 128 senadores del país.

Atendiendo a asistencia, puntos de acuerdo, debate, presencia en medios e iniciativas y su impacto,  este es el lugar que ocupan los campechanos hasta octubre 2014 entre los 628 legisladores del país: Angelino Caamal en el puesto 15, Layda Sansores en el peldaño 16, Raúl Pozos puesto 41,  Oscar Rosas en la posición 70, Jorge Luis Lavalle en el sitio 90,  Alejandro Moreno en el sitio 101,  Rocío Abreu lugar 187, Elvia Pérez en el renglón 266,  Jorge Rosiñol en el 296, y  Landy Berzunza en el 387.

En promedio el desempeño de los 11 legisladores campechanos se ubicaría en el lugar 146 de 628, superior a sus colegas de Yucatán, Quintana Roo y Chiapas.

REPERTORIO.

-La embajada británica impresionada con el inglés acentuado de la alcaldesa Ana Martha Escalante y el exrepresentante en el DF, Oscar Rodríguez, quien alista maletas para el consulado de Houston.

-Que la decisión será sin poner mucha atención a las recomendaciones.

-Que las veces que salió Luis Videgaray a opinar sobre Ayotzinapa, no hacía ninguna gracia en la oficina de Osorio Chong. Natural el fuego amigo.