Francisco López Vargas
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Francisco López Vargas

Analista político, conductor y productor en Telesur, y colaborador de EL EXPRESO desde su fundación. Estudió Comunicación en el Instituto de Ciencias Sociales de Mérida.

@elnegrito_63

La incertidumbre de los últimos días

Voces, Martes 16 diciembre, 2014 a las 10:17 am

-Vaya que llegan los tiempos de los condenados, periodista. Saber que se acabó el tiempo, pero no saber qué sigue. ¿No es una angustia?

-Mi querido Manuel, los políticos están acostumbrados a la estulticia. Dependen de la decisión de otros, no saben si lo que construyeron –bueno o malo- les servirá o les estorbará. Dependen de la mente retorcida de quien tome la decisión aunque el que la tome no tenga calidad moral o menos ética, por eso hay aspirantes que no pasarían ni la primera de las pruebas.

-Reportero, parece que no ves lo que pasa. ¿En verdad crees que la ética, la moral y la buena fama pública van a contar? Quizá pese más un secreto oscuro, una complicidad escondida o un deseo insano antes que las cualidades que deberían ser norma.

-Le apuesto a la esperanza, Manuel. Si me dejo llevar por la experiencia veré con pena que Manuel Bartlet hoy habla de defender la democracia, que Andrés Manuel estuvo de acuerdo con la reforma hacendaria y que Antonio González coordina el instituto de estudios municipales. ¿Qué le vamos a hacer?

-Pues tú vivirás de las esperanzas, amigo, pero con ella no se compone el país. Necesitamos autoridades disculpándose de sus errores y corrigiéndolos, dando muestra de grandeza y de reflexión, no de prepotencia y arrogancia.

-No veo a Tony González devolviendo lo que se robó, Manuel. Perdóname, pero mi esperanza es que no llegue otro como él o peor porque para él no hizo nada malo y si lo hizo finge demencia, no se acuerda.

-El ejemplo es muy desagradable, reportero. Da náusea por lo vulgar, pero admito que tienes razón, pero no sólo basta tener la esperanza de que no pase sino que los ciudadanos hagamos algo más, los obliguemos a que no se den estas cosas, que no pueda seguir habiendo autoridad ilegítima, sin el apoyo de una mayoría real y no relativa. El presidente gobierna con el 63 por ciento del electorado en su contra y se dan el lujo de hacer barbaridades. ¿No entienden?

-No, estimado amigo, no entienden. Hay una clase política atrabiliaria que ocupa las mejores posiciones por sus complicidades y sus intereses y no por sus acciones o proyectos de nación sino por sus proyectos personales, para quedarse con los negocios, para saquear las arcas, para tener una vida que no les corresponde y tener poder. Su ambición es inmensa y desean acumular dos cosas muy peligrosas: todo el dinero y todo el poder.

-Dios Santo, periodista. No vaya a ser que mañana esa soberbia lleve a alguno a pensar que de la gubernatura sigue la presidencia. ¿Te imaginas?

-Sí, veo a Pinky y a Cerebro tratando de conquistar el mundo, jajaja.

-No te burles, esto es serio.

-Manuel, ¿cómo va a ser serio?, ¿de veras creen que no los conocemos? No me digas sandeces, amigo. Puedo entender la ambición, la aspiración, pero de ahí a creérsela, ¡Dios nos libre!

-Pues yo sólo te digo que hay quienes ya están trabajando en ello.

-No vayan a salir mañana con que se las quitaron, Manuel. No vayan a buscar culpables para responsabilizarlos del fracaso. Sería muy penoso oírlos decir que les quitaron lo que nunca les dieron, y que los perjudicaron porque contaron quiénes son y qué hacían. ¡Por Dios! Es una ofensa a la inteligencia, mi amigo. Es pensar que somos imbéciles o que de plano este país aguanta todo y no tiene remedio.

-Periodista, me da pena tu actitud. ¿Qué vas a hacer en los próximo días si pasa lo que te digo?

-¿Qué voy a hacer yo? Manuel, tengo dos manos, dos pies y un cerebro funcional que me da para vivir. La pregunta no es qué voy a hacer yo, es ¿qué van a hacer ustedes?, ¿no te das cuenta? Sería el final de un estado que no llegó a nada; volverías a ver los dineros públicos para construir hoteles privados, volverían los prestanombres importados para fingirse empresarios, se construirían naves y maquiladoras a precios inflados que luego nadie compra y todos sacando el dinero de sus bolsas para enriquecer a las hienas. Eso va a pasar de nuevo.

-¿Entonces, tú no estás preocupado?

-Me da tristeza, Manuel. Pena por quienes tendrán que apechugar y soportar, por quienes verán como la justicia de la revolución nunca llega mientras se acaba el petróleo y resurgen los mesías del turismo con charters de Italia y medio mundo, pero seis años después, quizá la gente al fin vea a quienes saquean Campeche como lo que realmente son: sanguijuelas perennes. Lo grave será que los sigan viendo como gente decente y hasta digna de ejemplo.

-Te pasas, reportero. A veces me dan ganas de golpearte.

-¿También a ti?, pero y tú ¿no vas a correr?