Raúl Sales Heredia
Palabras Altisonantes
Raúl Sales Heredia

Tiene formación como contador público y se ha desempeñado en diversos campos que van desde la docencia hasta la consultoría financiera, pasando en diversos momentos por el periodismo. Actualmente es vicepresidente de la Fundación Avanza.

@RSalesH

La juventud utilizada

Voces, Martes 24 febrero, 2015 a las 2:54 pm

En esta política actual donde todo se basa en lo que se hará sin importar lo que se hizo, en la que se nace y se muere cada vez que hay votación, en que los mismos siguen apareciendo una y otra y otra vez. Los jóvenes son la esperanza de un futuro mejor, los jóvenes tienen la fuerza y las ganas, los jóvenes tienen ese ánimo que se necesita para cambiar las cosas… Y ahí está el miedo.

Si los jóvenes desean cambiar lo que han visto en su “corta” vida deben de “alinearse”, es decir, para que puedan influir, deben de seguir todo el proceso de participación política y está genial que participen pero, si existe un grupo de jóvenes dentro de los partidos políticos deberían contar con mayor peso en la toma de decisiones que los llamados experimentados por varias razones: La primera y más importante, no están metidos dentro del “sistema” y su opinión es mucho más innovadora, transparente y pura que los que llevan años haciendo lo mismo porque así lo aprendieron y así ha sido siempre. También es por cuestión fisiológica, sencillamente tienen más fuerza como para poder atender a todas las personas a las que jurarán servir y, por último, generalmente los jóvenes tienen una empatía mayor por el sufrimiento de la gente y quizá se debe a que cuando uno es joven la vida nos parece larga y nos sentimos indestructibles, por eso llega más el ver sufrir a alguien… Eso tristemente se pierde en el cinismo de los años en los que se termina con un primero yo, pues ya voy de salida y quiero una vejez sin preocupaciones.

Los jóvenes deberían de tomar las decisiones principales y los experimentados y viejos lobos de mar de la política deberían de dar consejos basados en su ciclo ensayo-error-aprendizaje-aplicación-resultado.

Es la experiencia, la que nos hace ser prudentes dirán algunos, cierto, pero la prudencia en un sistema anquilosado, manejado por unos cuantos (que suelen ser los mismos), con severas fallas que están a la vista de todos y en una desconfianza entre ciudadanía y gobierno quizá, solo quizá no sea prudencia lo que necesitamos sino coraje, ánimo, buena intención y mantenerlo simple.

Sin embargo, las “estructuras” de jóvenes tienen una función distinta, su caminar es distinto, y su influencia es casi nula a menos que se refiera a cómo se van a distribuir los panfletos. Pero los discursos de los candidatos y candidatas se refieran siempre a la “juventud” como un activo y como la esperanza de México.

Si eres joven y quieres entrar a un partido político, bien por ti, lee todo lo que puedas de la ideología, del estatuto y verás que no hay diferencia entre militantes, así que tu edad no es impedimento para cambiar las cosas.

Si eres joven y NO quieres entrar a un partido político, bien por ti, lee todo lo que puedas de las ideologías, de los estatutos y verás que están ahí para servir al pueblo de México, del que eres parte y que con lo que decidas hacer, si lo haces bien, puedes cambiar las cosas.

Jaume Perich, humorista español decía “La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla, ya ni son jóvenes ni es verdad”.

La política está en todos lados y no se necesita encuadrarla dentro de un sistema partidista pero, si estás dentro de ese sistema, recuerda que la juventud no es una tara o enfermedad y que las ideas que tienen son igual o incluso más valiosas que las de los militantes de años. No se dejen utilizar como comparsa, como peones, como relleno.  No se dejen utilizar pues estarían aprendiendo a utilizar y en su “experiencia” se desquitarán y así, jamás se romperá el ciclo. Es cierto, ustedes son la esperanza, lo dicen en cada discurso ¿no? créanselo y cambien su presente y su futuro y, de paso, el de todos los demás que ya no somos tan jóvenes.