Vladimir de la Torre_3

Tiempos de lapidar

Voces, Miércoles 29 julio, 2015 a las 2:25 pm

LA FEDERAL. ¿Cuánto debemos? No es poco. El gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, hasta enero del 2015, había llevado la deuda del sector público federal a un nuevo máximo histórico. Desde que inició la actual administración, el endeudamiento contratado es el más elevado en 24 años.

Según los datos de la propia SHCP, al cierre de 2014, el saldo de la deuda del sector público federal se situó en 6 billones 948 mil 276.7 millones de pesos. Eso significa que es mayor en 17 por ciento a la que tenía el país a finales de 2013. Pero no es todo. La deuda hasta el primer trimestre del 2015 era 33 por ciento mayor a la que había dejado Felipe Calderón en 2012. Sí, 33 por ciento más en solo dos años. Los datos que muchos no quieren revisar están ahí, no muy a la vista, pero se encuentran.

LA ESTATAL. Una investigación de Golpe de Timón sobre la deuda pública del estado y los municipios desde 1993 a la fecha pone en contexto el tema. Todos los datos aquí mencionados son oficiales de los archivos de la SHCP y de informes de gobierno.

El gobernador Salomón Azar García recibió una deuda del gobierno saliente de Abelardo Carrillo de poco más de 100 millones de pesos. Durante su administración la deuda más alta contraída fue en 1996, alcanzó los 518 millones de pesos.

El gobernador Antonio González Curi recibió el estado con una deuda oficial de 419 millones de pesos en 1997. Durante su administración la deuda descendió a 221 millones, a 148, 111, 82, y 21 millones a 1996. Para 1997 la deuda pública estaba saldada.

El gobernador Jorge Carlos Hurtado recibió sin deudas la administración estatal en el 2003. El año con mayor deuda fue en 2007 que ascendió a 56 millones, según reportes oficiales. En 2009 la deuda pública del estado estaba saldada. Integrantes de esta administración reconocen que aunque no se dejó deuda pública si prevaleció una deuda a proveedores que no aparece en reportes oficiales y que nunca fue revelada por la administración entrante. Se considera extraoficialmente que esa deuda a proveedores alcanzaba los 300 millones de pesos.

Durante la administración de Fernando Ortega, el primer dato oficial de deuda pública aparece en 2010. Ese año ascendió a 328 millones de pesos. Para 2011 aumentó a mil 10 millones de pesos. En 2012 volvió a aumentar a mil 115 millones de pesos. Para 2013 había descendido a 998 millones. Para 2014 había cerrado en mil 728 millones de pesos.

Ahí están los números. ¿Son explicables? Deberían serlo. Mucho ayudaría a entender esta narrativa económica que la Secretaria de Finanzas explique a detalle el destino de la deuda contraída. Eso explicaría el contexto en el que se contrajo y en lo que fue invertida.

A juzgar por las fechas, dos compromisos de campaña posiblemente arrinconaron a la actual administración estatal. Cuando en 2006 Felipe Calderón prometió en la Plaza de la República que construiría cuatro carriles de la Campeche-Mérida la primera piedra se colocó en 2010, pero el estado debería poner el 30 por ciento de la inversión para concluir el proyecto antes que concluyera Calderón. El 24 de noviembre, seis días antes de terminar su sexenio la obra fue inaugurada.

En marzo del 2012, en la explanada del PRI, el candidato Enrique Peña Nieto prometió realizar el Megadrenaje para la ciudad de Campeche. Otra vez se repetía la historia, para esto el estado debería aportar el 40 por ciento del presupuesto total de la obra. Antes que concluya la actual administración estatal el drenaje será inaugurado. Para hablar de solo dos ejemplos. A esto debería sumarse el periférico de Campeche y sus libramientos.

La pregunta oportuna sería ¿valió la pena? ¿Vale la pena que cada campechano, considerando la deuda per cápita, deba mil 900 pesos?

El estado pudiera tener cero deuda, pero aún se tendrían calles y carreteras de rancho. No existiría el Megadrenaje ni se hubiese concluido la Champotón-Escárcega. La deuda pudiera ser cero, pero en cada municipio no hubiese un centro de Estudios Superiores. Termina la administración de Ortega Bernés. Estos tiempos, cuando concluye un sexenio, son casi siempre tiempos para lapidar. Lapidar y aniquilar sin más argumentos que la venganza. La deuda está ahí y las obras y los resultados también.

Si puede creerse que en este sexenio hubo más corrupción que en otros, eso también está ahí y ha sido tan visible como la deuda y las obras. Eso no tiene justificación y no debería tenerla.

La deuda creció más que nunca, pero más que nunca ha crecido la deuda del país, de los estados y los municipios. La deuda creció más que nunca pero aún así Campeche es uno de los tres estados con menos deudas del país en la que la economía se desvanece a pedazos. La deuda creció más que nunca pero esa solo es una parte de la verdad, no toda.