Raúl Sales Heredia

Pláticas de café

Voces, Viernes 28 agosto, 2015 a las 2:45 pm

En pláticas de café el mundo se resuelve, todos son especialistas de todo y todos saben qué hay que hacer. El problema no es la plática, el problema es que nos quedamos en las palabras y no hacemos la siguiente etapa que es la acción. Me dirán que no es posible pues no son quienes toman las decisiones. Y aunque la razón puede estar de su lado, lo que nos viene a matar es el sentido pues en lugar de que la necesidad de la sociedad impulse la toma de decisión, es la decisión de algunos lo que impacta en la sociedad y se empiezan a tapar huecos de un lado y del otro mientras el problema real sigue sin tocarse y seguirá sin hacerse pues los que toman las decisiones no viven el problema y por ende les es difícil entenderlo y los que lo viven están tan inmersos en el  hoyo que no ven el azul del cielo por ningún lado.

Quienes toman las decisiones deben de conocer a fondo el problema para poder determinar las acciones pero dentro de una oficina, con infinidad de eventos y firmas para engrasar la maquinaria burocrática, es bastante complicado que tengan tiempo de entrar en el problema como tal y salir de la oficina para empaparse del problema es visto por algunos como actos “populistas” y entonces no pasa nada… No es que esté enredando lo que escribo, es que está enredado lo que sucede en un país que tiene un abismo entre su sociedad y sus funcionarios y servidores y lo que urge es tender puentes, ya que rellenarlo nos llevará décadas y aunque hay que hacerlo, hay que resolver problemas de manera inmediata para regresar la confianza que tanta falta nos hace.

La cuestión es cómo hacer que la sociedad confíe en las autoridades y cómo las autoridades pueden resolver los problemas para hacerlo. Solo existe una posibilidad y es transparencia absoluta, realizar una planeación a largo plazo con objetivos que puedan medirse y revisarse dentro de las grandes líneas de acción. Si se sabe lo que se quiere, se puede determinar cómo conseguirse, el tiempo que llevará, cuánto costará, quiénes serán los encargados y, lo más importante para generar confianza, resultados y cero impunidad, pues mientras no se den resultados y sigamos en el país del aquí no pasa nada y en el que todos saben, que no habrá consecuencia ante la falta de honestidad y por el contrario, hasta les aplaudirán y los imitarán, seguiremos sin la posibilidad de mejorar nuestro país y nuestras familias como consecuencia final.

No quiero que nuestros funcionarios y servidores salgan a darse “baños de pueblo”,  quiero que recuerden que son parte de una sociedad y no una especie aparte, que deben ser los más enterados y los más preocupados de generar un bienestar común, pues no sólo decidieron y desearon la responsabilidad de servir sino que al hacerlo aceptaron la responsabilidad y comprometieron su cara y su nombre.

Las pláticas de café son interesantes, son útiles, pero mientras la impunidad continúe y las palabras no se conviertan en acciones, no importará que arreglemos el mundo con palabras y seamos especialistas de todo y la impunidad se combate viviendo dentro de una sociedad donde la ley es igual para todos y no hay nada por encima de ella y no se hace nada por debajo de la mesa.

Seamos claros, no es culpa de unos o de otros, es nuestro país y todos tenemos que hacer algo por  México.