Morelia, Michoacán.- Tenía golpes recientes en varias partes de su cuerpo y cicatrices que deja la tortura constante. Estaba maniatado, tenía tiempo que no se bañaba y en las pantorrillas sufrió mordidas de ser humano, era prácticamente un esqueleto debido a una severa desnutrición.

El menor tenía solamente cinco años de edad, se llamaba Julio y esta madrugada murió víctima de maltrato infantil. Una cruel noticia que a cualquiera impacta, que a cualquiera llena de dolor.

Todo se descubrió durante los primeros minutos de este viernes, cuando la Policía llegó a la que fue “la prisión” del pequeño Julio hasta su último suspiro, una casa ubicada en la esquina de las calles Tlacotepec y Cheranatzicuin, en la colonia Ricardo Flores Magón, situada al poniente de Morelia.

Paramédicos de la Cruz Roja que revisaron al fallecido describieron las aberraciones que éste padeció. Las laceraciones que tenía, las marcas de dientes de ser humano que en sus extremidades había, sus manos atadas con un lazo de los usados para tendedero y los signos en su piel de que todo eso lo sufría constantemente.

A decir de los expertos el niño era un esqueleto. Al sacar los peritos su cadáver del referido domicilio lo cargaron con facilidad, la camilla y la bolsa forense parecían tal como si fueran vacías.

El pequeño Julio murió mientras dormía en una habitación de ese inmueble, la cual era un verdadero rincón inmundo. Nunca supo lo que en verdad significan las palabras amor, hogar y familia.

El padre de Julio, identificado como David Franco Rodríguez, alias “El Milcumbres”, fue detenido junto con la madrastra del menor de nombre Alejandra “N”, de 27 años de edad, los cuales quedaron a disposición de la autoridad correspondiente por el delito de homicidio en agravio del menor.

lapoliciaca.com

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