Una de las frases más comunes que me ha tocado escuchar como agente de seguros, en relación a los seguros de gastos médicos, es: “un seguro que compras, para no tenerlo que usar”. Más bien creo que es el seguro que compras para usarlo cuando se requiera… y usarlo ¡bien!
Hay que tener en cuenta que el seguro de gastos médicos es una protección ante el daño económico que sea causado por recuperar la salud, que se haya perdido como consecuencia de un accidente o una enfermedad.
Muchos de los usuarios de esta gran herramienta financiera, el día que tienen que utilizarla olvidan cómo opera, y ahí es cuando recuerdan que tienen un agente de seguros y le hablan.
Bueno, para recordar un poco ¿qué es? y ¿cómo funciona?, hoy te comentaré acerca de ello:
Primero que nada, recuerda que esta herramienta es “recuperativa”, por lo cual en la mayoría de las ocasiones funcionará como un “reembolso” de aquellos gastos que se hayan erogado. Sin embargo, si hay tiempo de informar a la aseguradora, ya sea por un evento programado o porque hubo la necesidad de una hospitalización, entonces se podrá tramitar el pago directo de los gastos hospitalarios por parte de la aseguradora.
Pero… ¿qué paga el seguro y qué pagas tú?
Ojo, los seguros siempre contemplan que tú tendrás que cooperar con una participación económica mínima en un evento, la cual sirve para establecer el límite a partir del cual una compañía empieza a cubrir gastos. Esta participación puede cambiar de nombre según la compañía o producto que contrates, de manera general se le conoce como deducible, y vendrá estipulado en tu póliza de seguro.
Puede ser que también exista otra participación adicional que se llama coaseguro, la cual será un porcentaje (también estipulado en tu póliza), del total de los gastos hospitalarios erogados, una vez rebasado el deducible. Te comento esto porque luego a la hora de pagar, dicen: “y esto ¿por qué?”
En cuanto a los papeles que hay que llenar, hay tres formatos que son indispensables para que el seguro funcione: el aviso de enfermedad o accidente (tu versión de lo que sucedió), el informe del médico (lo que dice el doctor que sucedió y cómo se tratará), y el más importante, el formato de reembolso con el cual dices lo que quieres que se te reintegre (si este es el caso).
Ahora bien, ya hablamos de los gastos hospitalarios… ¿y los honorarios del médico o médicos? Eso, como diría mi mamá: se cuece por aparte.
El médico puede optar o no por acordar, previamente o posterior al evento, el cobrar los honorarios que propone la aseguradora (hay que entender que es su negocio y él decide cómo manejarlo). De esto dependerá el que pagues o no una diferencia por sus servicios, y en dado caso por los servicios de su equipo (ayudante y anestesiólogo).
¡Muy importante! Los seguros funcionan siempre y cuando esté vigente y pagada la póliza. Así que ponte buzo y revisa que tu póliza esté al día y no te aplique la famosa Ley de Murphy.
De manera general así operan las pólizas de seguros de gastos médicos mayores, aunque puede haber algunas variaciones dependiendo de los padecimientos, momento en que se contrata y sobre todo, del contrato (condiciones generales) que respalde tu póliza. Por lo cual te sugiero que platiques este tema con tu agente de seguros, quien deberá asesorarte sobre su funcionamiento y del alcance de la cobertura.
Con tooooodos estos detalles… ¿vale la pena contratar una póliza de seguros de gastos médicos mayores? ¡Sí, si vale la pena!, siempre y cuando quieras que no falten recursos económicos para que recuperes la salud, o las de las personas que te importen.
Si tienes dudas o comentarios, por favor házmelos llegar a mi correo, que con gusto las responderé. Y si te sirvió esta información, por favor compártela.
¡Ah!… y recuerda, la lana viene y va, pero porque tú la dejas escapar.
¡Hasta la siguiente colaboración!
Adolfo Vargas
Divulgador de la economía,y especialista en seguros y retiro.
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