ÉDGAR ICTHÉ VILLAFAÑA
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Con una herencia política de derecha, que a partir de la adolescencia le incomodó no solo por el poder económico y social que representaba, sino por la confusión de saber quiénes eran realmente sus amigos, Layda María Esther Negrete Sansores se declara convencida de la protesta al ser el único medio ciudadano para manifestar inconformidad y señala además graves deficiencias al nuevo Sistema de Justicia Penal, por el control que ejercen aún los gobernadores en todo el país.
Nieta del controvertido ex gobernador del Estado, Carlos “El Negro” Sansores Pérez, e hija de Layda Elena Sansores Sanromán, senadora de la República y también aspirante -por segunda ocasión- a la gubernatura, Negrete Sansores es egresada del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) en la carrera de Derecho, cuenta también con dos Maestrías por la Universidad de California en Berkeley de la que actualmente es candidata a doctora en Políticas Públicas.
Especializada en temas relacionados con la impartición de justicia y seguridad pública, impulsó en 2011 el largometraje “Presunto Culpable”, con el que se retrató al viejo Sistema de Justicia Penal Mixto, el cual hoy lo califica en su modalidad de Acusatoria Adversarial como un “montón de elementos” que no será fácil cambiar, menos con una receta legislativa.
Aseguró que el cambio en la materia está en función de lo que quieran hacer líderes sociales, procuradores e incluso gobernadores de los estados.
De frente al nuevo Sistema de Justicia Penal, insistió en que ‘el pasado es arraigado y persistente, pues termina imponiéndose con instituciones y procesos viejos y caducos que será difícil cambiar por completo mientras sigan operando con la misma gente’, de ahí su interés de dedicarse a estos temas como Investigadora Asociada del Centro de Análisis de Políticas Públicas “México Evalúa”, desde donde se estará al pendiente de una posible contra reforma a discutir el próximo mes de febrero en el Congreso de la Unión, relacionada con los Juicios Orales y el Principio de Publicidad, pues de no hacer nada, en México continuarán existiendo más “presuntos culpables”.
Ante ese panorama, lamentó que hoy día las fuerzas políticas de antaño, estén empecinadas en controlar instituciones como las procuradurías en los Estados, desde donde se opera para derribar contrincantes políticos, acusando y creando delitos, como hace unos años ocurrió con varios alcaldes del Estado de Guerrero.
Por lo anterior, consideró que en el país hace falta cambiar de visión, lo cual pocos tienen, toda vez que los problemas de la justicia no se solucionan con leyes, sino con procesos diferentes desde la base, desde el momento en que las autoridades reciben una llamada de emergencia, en la forma en la que acuden al lugar de los hechos, así como la manera en que se realizan las primeras interacciones de los elementos policiacos con la gente.
Consideró importante que ante los diferentes casos, la policía esté supervisada por los ciudadanos, que se cuente con equipos de trabajo, con estrategias que les permitan incentivos por investigaciones complejas y de calidad para esclarecer delitos, pues todo ello tiene que ver con una reforma de gestión.
Pero es real, dijo, para que haya esa reforma de gestión tiene que haber alguien que tenga esa visión y ese liderazgo, ‘no lo vamos hacer como lo estábamos haciendo antes, ni siquiera es un tema de recursos, no es que los policías tengan un coche viejo y ahora les des uno nuevo, no es eso es mucho más allá, y lo que uno ve es que la mayoría de los gobernantes siguen teniendo un enfoque tradicional.
Comentó que es muy difícil para la autoridad, pasar de un sistema que no le exigía ninguna cuenta a nadie y ahora lo va a poner en evidencia, por lo que hay muchas formas de revertir esa Reforma, mas cuando el mismo presidente y la PGR manda una contra reforma de ese tipo dejando en claro que no quieren un cambio real.
Y como un claro ejemplo de todo lo que está mal en la justicia del país, consideró que el caso Ayotzinapa lo dice todo, ya que por un lado se tiene el lugar de la acotación de los policías locales por parte de fuerzas de facto, lo cual no se trataba de una responsabilidad el ámbito local sino federal.
Lamentó que sea una realidad que por años se siga un patrón de violencia que está desatendido, ante el cual no se puede decir que sorprendió a las autoridades, y por el cual los ciudadanos tienen todo el derecho de reclamar, toda vez que se trataba de una responsabilidad del Estado, a fin que la policía que está en el primer mando no terminara convirtiéndose en delincuente.
“Ese es un deber del Estado, porque si no se acaba y estamos en la ley de la selva, se vivió desde antes de Ayotzinapa, esa responsabilidad en el momento en que estalla se manifiesta como una dilación en el momento en que entra el Gobierno Federal a investigar, es una actitud pasmosa porque si los policías municipales estaban en contubernio, ahora tenemos sospechas que también la Policía Federal e incluso el Ejército Mexicano”, señaló.
Insistió en que la dilación en que entró la PGR es pasmosa, para la forma en que lo hizo es un retrato maravilloso de lo que es la Procuración de Justicia en México, incluso cuando el titular de la PGR, en una de las primeras entrevistas en que está sumiendo el caso le preguntan el porqué se tardó tanto, el responder que no lo hizo por falta de pruebas es otra clara característica del Ministerio Público de México.
Detalló que sólo se investiga cuando se tiene pruebas, como si fuera el detective que espera que las víctimas le traigan las pruebas y no el detective que sale a investigar y a recabar las pruebas, por lo que la frase favorita del Procurador no debería ser “ya me cansé”, sino “no investigué porque no tenía pruebas”, con lo que se retrató de cuerpo completo las deficiencias de la institución del Ministerio Público.
“Y una vez que tienes la investigación hay una increíble falta de credibilidad que tienen las instituciones y cuando ya no salen, está empezando el juicio, la acusación y salen en una conferencia de prensa el procurador como si fuera el gran juez a decir quiénes son los culpables, cuáles eran las pruebas, pero no hay nadie que los contradiga, lo cual es un retrato del autoritarismo, de la mediocridad”, añadió.
Expuso que además la situación se complica, puesto que para las autoridades las protestas no deberían existir, pues le temen a la manifestación pública, por ello utilizan la represión, prueba de ello vivió en la marcha del 20 de noviembre del año pasado, cuando terminan siendo golpeados por la policía.
“Y de repente acabamos siendo golpeados por la policía, barridos en el zócalo y no solo eso sino que en grupo de los que estábamos fueron acusados de un acto de terrorismo, sin pruebas de nuevo, entonces así actúa la autoridad, no investigo y el día que me digas que estoy investigando mal, te voy a acusar a ti también de terrorismo y de traidor entonces no hay forma de disidencia”, .
Ante ese panorama, contundente, Negrete Sanromán, expresó “yo definiendo mucho la protesta porque justamente es de los pocos lugares, de los poquísimos lugares que nos quedan a los ciudadanos para manifestar el descontento, además que es un derecho democrático, no de radicales, menos de anarquistas, sino un punto contemplado en la constitución, y si en algunas ocasiones hay una resistencia civil que sería tomar una carretera, todos deberían de estar dispuestos a atenerse a las consecuencias legales, a las que son propias de ese acto y no de uno inventado”.
Por lo anterior, opinó que no se debe permitir la Reforma a los artículos 11 y 73 de la Constitución, por lo que desde la asociación a la que pertenece, continuará al pendiente de su curso, pues de aprobarse permitiría que en todos los Estados del país se implemente la Ley de la Movilidad para restringir a manifestantes y con ello, su libertad de expresión también.
Respecto a las afectaciones a terceras personas derivado de las protestas y manifestaciones, recordó que cuando hay un tipo de protesta que viola un derecho de terceros, ya hay leyes que impiden o que sancionan esa violación, pues se pueden dar casos de robo, vandalismo, por lo que es una realidad que se tendría que atender y juzgar por el acto de daño en propiedad ajena.
Consideró que ello no aplica cuando lo que hace el gobierno es muy perverso, es incluso tolerar los actos de incomodidad a terceros o de afectación a terceros y después agarrar y desproporcionadamente acusar por intento de homicidio, eso sí que es grave, pues se maneja desde infiltrados, hasta el inventar actos para lavarse las manos.
Y en contraposición, conocedora de la manera de hacer política de su abuelo “el Negro Sansores”, reconoció que desde la adolescencia, fueron muchas las cosas que le incomodaron, puesto que en ese entonces sintió el poder excesivo, el poder político, el poder económico, sin saber qué hacer o cómo manejarlo.
“Fue a un nivel muy cotidiano en nuestra vida, era como el no saber quién es tu amigo, querer saber si te ganaste la calificación o te la regalaron por ser nieta de quien eres, el que todo mundo esté atento para las pleitesías, tan solo cuando mi abuelo fue presidente del CEN del PRI, recuerdo que a los lugares a los que íbamos se abrían vallas para que nosotros pasáramos, son cosas que ahora repruebo y que me parecen odiosas y cuestionables, en suma toda la forma de hacer política, de hacer negocios de la política”, resaltó.
Por ello, detalló que cuando era niña le incomodaba todas esas cosas, pero luego como adolescente y joven fue como una toma de conciencia, sobre todo, con la elección del 88, el cardenismo y el fraude electoral, cuando su madre, aun era priísta, le tocó ver tantas “cosas sucias y de asco que se tenían que acabar”.
Por ello, recuerda como un suceso que le marca la vida, el que su madre haya tenido el valor de votar en contra del IVA, puesto que fue un cambio de la noche a la mañana, de pasar de la familia revolucionaria y protegida en donde todo se veía normal, a “vivir en el acoso, espiados y amenazados en varias ocasiones”.
“Por ejemplo si hoy o mañana se publica algo en donde yo diga que a mí me parece que no está bien hacer negocios desde el poder político como lo hizo mi abuelo, mis primos y tíos se pueden enojar, pero la verdad es que es algo que no puedo ver bien, no se justifica y de alguna manera me puedo sentir culpable, aunque no tenga incidencia o participación directa, pues la única responsabilidad que tengo es conmigo misma aunque la realidad es que la pregunta siempre está”, asumió.
Respecto a las aspiraciones de su madre, quien de nueva cuenta busca alcanzar la gubernatura del Estado, la considera optimista, como toda buena política, pues ella siempre piensa que hay las posibilidades y por lo tanto, “todo puede suceder, de lo que no hay mucha duda, pues en este país todo puede pasar”.
Del panorama electoral actual y los pronósticos de próximos candidatos a la gubernatura del Estado, se pronunció a favor de la posibilidad de ver como candidato a Renato Sales Heredia, quien, consideró, “es un hombre honesto, serio, preparado y de buenos sentimientos”.