El estado de Campeche posee una extraordinaria riqueza cultural producto del mestizaje de los mayas y españoles. La fusión de ambas trajo como consecuencias  diversas manifestaciones que hoy en día conocemos y que son herencia de nuestra entidad como lo son la música, la gastronomía, la danza, las fiestas religiosas, los juegos tradicionales, la vestimenta, entre otros.

Para enaltecer el folclor campechano, en 2001 el entonces gobernador Antonio González Curi puso en marcha el Programa Educativo de Fortalecimiento de la Campechanidad, cuyo festejo se realiza  desde entonces y hasta nuestros días durante el mes de octubre con motivo de la fundación de la ciudad, así como preservar, promover y fortalecer las costumbres y tradiciones.

Durante este periodo los integrantes de escuelas y dependencias portan orgullosamente el traje regional para mantener viva la historia y tradiciones de nuestra región.

Fue en el siglo XX que la actual vestimenta que las mujeres campechanas portan con garbo y orgullo, se convirtió en el traje oficial del Estado que representa nuestra identidad cultural ante el mundo.

TRAJE FEMENINO

Los orígenes de la vestimenta típica se remontan en la época colonial en el cual la mujer de procedencia humilde había adoptado una indumentaria similar a las mozas de servicio en España, que consistía en “rebozo hipilillo con tiras de bordado corriente en el cuello y mangas  sobre el que se amarraba con tiras una saya de zarza estampada”, (Gloria Montero de Amaya, Perfil de bailes y danzas Tradicionales del estado de Campeche,2009, pág. 39). Además utilizaban chancletas de color negro adornadas con hilo blanco, -de origen morisco-, ya que las puntas se proyectan hacia arriba y en la parte trasera tiene un pequeño tacón.

En aquella época, las patronas le regalaban a su servidumbre la vestimenta completa para lucir en las festividades más importantes de la ciudad: la de San Román, Carnaval, La Purísima Concepción y la de San Juan; que con el paso del tiempo y con algunas modificaciones se convirtieron en el traje regional de la mujer campechana.

En el mes de febrero cuando se celebra el carnaval estrenaban un juego completo de alhajas tales como un “rosario de coral rematado en cruz de filigrana, cadena salomónica de doble vuelta con pendiente almohadilla de filigrana con guardapelo, que podría o no tener hasta el número de veinte escudos , diez por cada lado; seis anillos, aro liso y aro con plancha de esmalte de colores, aretes de monedas de cinco dólares o de coral, colguijes de sombrillitas con fleco de oro y remate de palomita y pendientes con la piedra venturina que a menudo se engarzaba en la sortija; peineta de hueso o carey rematado con filo de oro, mostrando tres piedras brillantes incrustadas, que se unían entre sí con dos cadenitas de oro”. (Gloria Montero de Amaya, Perfil de bailes y danzas Tradicionales del estado de Campeche,2009, pág. 40).

Los rebozos se estrenaban en las fiestas de San Juan durante el mes de junio llamadas también el “voltejeo”. Uno era para salir hecho de seda y después otro era elaborado para Santa María, otro de abrigo; y uno más sencillo de uso diario para realizar sus actividades domésticas.

En el mes de septiembre para la feria de San Román era el estreno de la ropa, la patrona le regalaba tres juegos completos: uno de gran gala y dos más que utilizaban para el trabajo. En el mes de diciembre en las fiestas de la Purísima Concepción, llamada también “Nochebuena Chiquita”, estrenaban los zapatos para tal ocasión.

traje campeche gris

CAMBIOS EN EL TRAJE FEMENINO

En el libro  perfil de bailes y danzas tradicionales del Estado de Campeche de Gloria Montero de Amaya menciona dos cambios que ha sufrido la vestimenta femenina. La primera hace referencia sobre la camisa y explica que a mitad del siglo XIX aún se podía admirar “en su mayor parte la labor del recuerdo y del peto en ramazones blancas, ya mostraba las ramazones aplicadas en el cuello y las mangas con un embutido de seda negro enmarcado todo con un doble redoble del llamativo y complicado trabajo del puntillo, el cual desapareció  por completo a principios del siglo XX”.

Posteriormente aparece en la camisa el bordado de ramilletes de flores con vistosos colores y en los años veinte utilizan el “punto de cruz” para elaborar las flores de cebolla o de calabaza. Otra de las modernas modificaciones que adornan la blusa es el escudo del Estado bordado en blanco y negro con sus navíos y atalayas.

La siguiente trasformación de la vestimenta fue en la confección de la  “zaya” o falda que llega hasta los tobillos, en un principio estaba adornada con blonda de sayuela, después a fines del siglo XIX se modificó a una tira bordada. Hoy en día podemos observar que es diferente ya que lleva encajes y lazos  Debajo de la saya lleva una pollera blanca llamada “enagua”, recogida al igual que la saya, aunque actualmente ya no se usa.

El peinado de las campechanaconsiste en una larga trenza y moño del mismo color de la falda adornda con una peineta de carey acompañado de vistosas y hermosas flores de colores.

TRAJE MASCULINO

El traje masculino es más sencillo y se conforma por una filipina blanca con botones color dorado, que sólo se utilizan para los días de gala o fiesta de  el “sarao”  en conjunto con un pantalón negro, así como un grueso cinto en tono rojo, amarrado en la cintura por uno de los costados y que en la punta se encuentra deshilado semejando flequillos, aunque en algunos bailes lleva también un paliacate del mismo matiz y sombrero de jipijapa. Los zapatos son por lo general alpargatas pero en días de fiesta se sustituyen por zapatos negros de charol o botín.

Finalmente, aunque la usanza campechana fue producto de una evolución desde tiempos coloniales hasta nuestros días, más que una vestimenta, para todos los nacidos en estos lares, es parte de nuestra tradición y de nuestras constumbres, un patrimonio cultural que debemos preservar.

Erika Blanco
Historiadora