No es una advertencia, es un hecho. Incluso, la ola de calor en Europa ha potenciado la preocupación sobre la fragilidad del sistema energético, a tal punto de generar un estado “alta tensión” entre los europeos. Que Rusia corte el suministro de gas, alegando imposibilidad de reparar el gasoducto Nord Stream 1, no es una posibilidad sino lo que se espera.

Todo esto, debe sumarse, a los problemas estructurales, la lenta transición hacia matrices de producción de fuentes renovables, desequilibrios políticos entre los socios, un cortocircuito que se conecta con la gran dependencia rusa, algo que los ha vuelto totalmente vulnerables.

Con este panorama, que Bruselas pide limitar el aire acondicionado a 25 grados y la calefacción a 19 para reducir el consumo del gas, es el comienzo de una crisis energética muy profunda en el continente.

Dada las circunstancias, la Comisión Europea publicará una comunicación el 20 de julio para abordar la posibilidad de la interrupción repentina de las entregas de gas ruso. 

El borrador, que han podido adelantar algunos medios europeos, propone menos usos de acondicionadores de aire, menos calefacción, sustituir el gas por otras fuentes de energía y poner en marcha instrumentos de subasta para los fabricantes.

Los europeos, con precios de facturas que se multiplicaron en el último año, ya deciden, por propia iniciativa, racionalizar el uso de estos servicios. 

Ahora evitar el encendido de los equipos de aires, en medio de una ola de calor asfixiante, no es solo una cuestión de conciencia ecológica. Economizar y ahorrar frente a un invierno que se presenta con crisis y escasez.

El texto borrador, aún debatido entres los 27, para adoptar el próximo miércoles, sostendrá que “la UE debe prepararse con un espíritu de solidaridad para una posible interrupción total de las entregas de gas ruso en cualquier momento”. 

El borrador, que en Francia adelantó el diario “Les Echos”, esta titulado provisionalmente “Ahorrar gas para un invierno seguro”. El ejecutivo europeo asegura que es necesario “tomar medidas preventivas inmediatas para aumentar la resiliencia del continente”.

Además, Bruselas pedirá a los países miembros que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo de gas de empresas como parte de las medidas de la Unión Europea para prepararse para un invierno marcado por una probable decisión de Rusia de cortar el suministro al bloque. Los incentivos también estarán para las compañías que puedan cambiar su matriz hacia energías renovables.

 Para el Ejecutivo comunitario, el club europeo todavía es capaz de minimizar el impacto de un posible gran corte en invierno si adopta una serie de medidas. Actuar ahora será menos doloroso y costoso que esperar posibles interrupciones a finales de otoño, concluye el documento.

Agencias.

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