La estatal rusa Gazprom anunció ayer que el gasoducto Nord Stream, vital para el aprovisionamiento de Europa, permanecerá con los grifos cerrados por un problema de turbina.

Gazprom atribuyó su decisión a una fuga de aceite detectada durante el mantenimiento de la única estación compresora aún en funcionamiento. Desde el Kremlin han amenazado con dejar a Europa sin gas si prosperan las iniciativas para establecer un tope en el precio.

El consorcio estatal ruso Gazprom ha anunciado la suspensión completa del suministro de gas a través del gasoducto Nord Stream por una fuga de aceite detectada durante el mantenimiento de la única estación compresora aún en funcionamiento.

“Hasta que no se elimine el fallo en el funcionamiento de los equipos, el tránsito de gas por el gasoducto Nord Stream queda completamente suspendido”, ha informado Gazprom en su cuenta de Telegram.

Según la compañía, en el pasado se habían detectadas fugas de aceite similares en otras tres turbinas, que “solo es posible” arreglar en un taller especializado, agrega el consorcio ruso.

Justo el viernes, el Kremlin advirtió que la fiabilidad del gasoducto estaba en peligro, pues no existen equipos de reserva que puedan reemplazar los que  quedan fuera de servicio.

“No hay reservas tecnológicas, solo una turbina está funcionando. Hagan los cálculos”, dijo dicho el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria y en respuesta a si habría más paradas del Nord Stream más allá de mañana para mantenimientos técnicos y reparaciones.

Otro representante ruso, el jefe adjunto del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, directamente amenazó esta mañana con dejar a Europa sin gas si prosperan las iniciativas para establecer un tope en el precio, tal como han planteado, entre otros, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

Por su parte, el presidente de Gazprom, Alexei Miller, ha defendido en varias ocasiones que las sanciones impuestas por la comunidad internacional como represalia por la invasión de Ucrania dificultan las tareas de reparación, que corresponderían a la firma Siemens.

La decisión de Rusia tiene lugar después de que el G7 reiteró su propósito de reunir los apoyos necesarios para imponer un tope al precio del petróleo ruso.

Con esta medida se persigue “reducir los ingresos rusos por ventas de petróleo” que es una importante fuente de financiación de la invasión de Rusia en Ucrania y, a la vez, contener el ascenso de los precios mundiales de la energía.

Agencias.

Compartir