Hace 15 años fue la primera vez que el PRI votó abiertamente por su presidente del partido. Era febrero del 2002 y las fórmulas eran Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo y Beatriz Paredes y Javier Guerrero. La elección fue muy cerrada, Madrazo contó un millón 518 mil 63 votos (50.9%) y Paredes un millón 466 mil 217 (49.1%).
Alejandro Moreno era síndico de asuntos jurídicos del Ayuntamiento de Campeche. Se acercó a Madrazo pero encontró el camino para mantenerse cerca de Beatriz Elena.
Hace 10 años, en febrero del 2007 volvieron a abrir la elección para competir. Jesús Murillo Karam acompañó a Paredes y Sara Ruiz Chávez fue la compañera de Enrique Jackson. Beatriz se impuso a Jackson.
Meses antes (2006) Madrazo había perdido la elección presidencial. El PRI estaba hecho pedazos. Fue la última vez que este partido convocó a los militantes para una elección interna. Beatriz se convirtió, del 4 de marzo del 2007 al 4 de marzo del 2011, en la mujer que arrebató elecciones a los escuderos del presidente Felipe Calderón, cuando tras el fracaso electoral presidencial aseguraban que el PRI no se recuperaría.
Paredes ganó 14 gubernaturas para su partido. Lo hizo sin lavarle la cara al PRI, ganó terreno con el mismo rostro que había tirado a Madrazo al tercer lugar.
Antes fue determinante la intervención de Paredes Rangel para que el entonces presidente del Frente Juvenil, Alejandro Guevara, entregara su estafeta a Alejandro Moreno como nuevo líder nacional del FJR. Allí quedó sellada su amistad para siempre.
Alejandro, senador y presidente nacional del Frente Juvenil Revolucionario, fue promovido por Beatriz a Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Respetada por mucho y odiada por otro tanto, Paredes, con toda la experiencia acumulada llegó a Campeche a una visita privada con el gobernador, Alejandro Moreno. Despojada de su larga trenza y su colorida vestimenta indígena. Llegó de blanco y con evidencias de sus 63 años, fue recibida por Moreno Cárdenas en la calle 8 frente a sus oficinas.
La segunda gobernadora de México (Tlaxcala 1987-1992), estaba en la cabecera de la mesa del PRI nacional cuando eligieron candidato a la gubernatura de Campeche en febrero del 2009. En aquella ocasión le hizo saber a Alejandro que no era el candidato natural para buscar la gubernatura de Campeche, a pesar de estrecha relación que ambos tenían y aún cuando a Fernando Ortega se le relacionaba más con Manlio Fabio Beltrones que con Paredes. De los cinco aspirantes, a quien más tiempo le dedicó Paredes fue a Moreno Cárdenas.
-“Tú serás gobernador de Campeche, explícalo a tu equipo, y lo serás cuando más falta harás”, le había dicho la presidenta del PRI.
El 6 de marzo de ese año le tomó protesta como presidente del PRI estatal, esa fue la última visita que hizo Paredes a un evento oficial del partido en Campeche.
Tras concluir en 2011 Paredes aceptó ser la presidenta de la fundación Colosio y más tarde aceptó por segunda vez la candidatura a la Ciudad de México. Perdió con Marcelo Ebrard (2006), y luego con Miguel A. Mancera (2012). Había negociado con el candidato presidencial del PRI que si perdía la elección quería la Secretaria de Relaciones Exteriores. Enrique Peña Nieto le dijo que sí, pero Luis Videgaray había puesto una condición, que al menos obtuviera un millón 500 mil votos.
No se pudo, Paredes alcanzó un millón 33 mil y le dejaron elegir la embajada.
Se fue a Brasil como la tercera embajadora mejor pagada de México, un salario de 250 mil pesos mensuales.
José López Portillo, lo escribió en sus memorias, aseguró que entre las 10 mujeres priistas más inteligentes que conoció a lo largo de su vida, Beatriz estaba en primer lugar.
Así la han descrito, como nacida en Tizatlán, siendo nadie, rodeada de pobreza en esta pequeña comunidad cercana al municipio de Tlaxcala, pueblo de machos, creció, protestó y se alzó con ideas de izquierda que la llevaron a ser diputada local con 21 años.
Beatriz se fue a Brasil y nunca le colgó el teléfono con Moreno Cárdenas. La línea se mantuvo abierta a 7 mil km de distancia.
Nadie la relaciona ahora con el PRI que drena Enrique Ochoa y menos con el gobierno federal.
Regresó en diciembre para ser invitada a ocupar la Secretaria de Cultura, tras la muerte de Rafael Tovar y de Teresa, pero dijo que no.
Trascendió que un evento de la cancillería en el salón José María Morelos, le dijo a Videgaray, siendo Secretario de Hacienda que México gastaba mucho dinero en renta de embajadas.
-Está usted haciendo sonreír a la canciller, embajadora —dijo Videgaray.
-¡Qué bueno!, pero también lo quiero hacer sonreír a usted, señor secretario; pero sobre todo quiero que sonrían centenares de funcionarios con problemas muy concretos que, con medidas simples, que no han querido resolver, contestó Paredes y ya a nadie le dio risa. Beatriz no está muerta, nadie de hecho la culpa de la inestabilidad política de su partido.
¿Por qué regresó? La camada de gobernadores que dejó siendo presidenta ya acabaron su sexenio pero Beatriz regresa por nuevas cartas. Su excompañero de fórmula cuando compitió contra Madrazo, Javier Guerrero renunció en diciembre al PRI, y en junio compite como candidato independiente por la gubernatura de Coahuila; Rafael Moreno Valle a quien primero recibió en la Casa Puebla cuando ganó la gubernatura fue a Beatriz Paredes, su incondicional desde que trabajaron juntos (2002-2004). Moreno inició este mes su precampaña por la presidencia. Beatriz y Alejandro comieron juntos, mucho debieron hablar de política, del presente y del futuro.
A Manlio y a Emilio Gamboa no le hace gracia su regreso al país pero la Cacique Mayor tiene mucho trabajo. Los tres saben que ellos no pueden protagonizar el nuevo rumbo de su partido, pero cada uno por separado abanicará sus propias llamas para abrirse espacio en el México que viene.
No es la única. Su amigo, el exgobernador de Oaxaca, José Murat, quien fue integrante de Comité Nacional con Paredes y Alejandro, regresaría a ocupar una cartera al partido para iniciar el rescate.
Las diferencias con su modo de operar no son pocas, pero capacidad y talento para dar batallas por los suyos a Beatriz le sobran, y vino a Campeche a buscar a uno de los suyos.