Temperaturas de 40 grados con sensación térmica de 43 se han sentido en Carmen por la “ola de calor”, algo que han sufrido intensamente los trabajadores de Petróleos Mexicanos que diariamente deben viajar desde Ciudad del Carmen al Centro de Proceso y Transporte de Gas Atasta en camiones totalmente cerrados con el sistema de climatización averiado, sofocándose por una hora y 10 minutos que fuera el recorrido.

La empresa de autobuses San Román, contratada por la Sección 47 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, es la responsable de este pésimo servicio de transporte de trabajadores que deben hacer sus guardias en las instalaciones petroleras ubicadas en Atasta Pueblo, la guardia que sale de Ciudad del Carmen a las 3:00 de la tarde es la que soporta temperaturas extremas, pues es el horario con mayor intensidad solar, pero el chofer no permite que se abran las ventanas a pesar de que el clima no funciona.

Los trabajadores, que pidieron el anonimato por temor a represalias por los líderes Víctor Matías Hernández Colunga y Víctor Manuel Kidnie de la Cruz, que, por extrañas y oscuras razones, continúan dando el contrato a la empresa San Román, que lleva años dando un servicio de pésima calidad, pues las 4 unidades destinadas presentan fallas mecánicas, asientos rotos, baños inservibles y choferes imprudentes.

A los trabajadores se les descuenta de sus salarios la cuota de transporte, misma que entra a las arcas de la tesorería de la sección 47 del STPRM, sumándose también el recurso económico que la subgerencia de Administración de Personal de Petróleos Mexicanos les da a esta sección sindical, por lo que el dinero para el pago de un servicio de calidad se tiene disponible, pero lo más probable es que ese dinero, al igual que otras cuotas descontadas a los trabajadores, termine en los bolsillos de los tocayos Víctor Colunga y Víctor Kidnie.

Ahora que se presentan las altas temperaturas, arriba de los 40 grados durante el día, los trabajadores señalan que se sofocan, llegan completamente empapados de sudor a las instalaciones petroleras y deben quedarse con la ropa mojada durante su jornada pues también carecen de uniformes para poder cambiarse, pues la empresa productiva solo les da un pantalón y una camisola.

Redacción.