Aumentan. Sexoservidoras llegan de otros estados por la alta demanda en la Isla.

Aumentan. Sexoservidoras llegan de otros estados por la alta demanda en la Isla.

JOSÉ FUENTES SANTOS
REDACCION@MULTIMEDIOSCAMPECHE.COM 

Vecinos y comerciantes del primer cuadro de la ciudad, principalmente los colindantes al parque Zaragoza, así como autoridades del Santuario Mariano Diocesano, piden nuevamente a las autoridades municipales ejercer mayor control en las sexoservidoras que deambulan a cualquier hora del día en la zona.

No obstante de que la Coordinación de Gobernación Municipal impuso un horario y un territorio de tolerancia para ejercer la prostitución, la medida no se respeta y las familias que acuden al centro de la ciudad tienen que soportar la presencia de mujeres que ofrecen sus servicios a los transeúntes sin ninguna restricción.

El sexoservicio se ofrece sin ningún recato durante todo el día en el llamado corazón de la ciudad, incluso en las inmediaciones del Santuario Mariano Diocesano y del Centro Cultural Universitario, donde se aprecian grupitos de cinco hasta 10 mujeres con atuendos provocativos y lenguaje obsceno, paradójicamente frente al módulo de vigilancia de la Policía Municipal.

Es tal la complacencia de la autoridad, que los propios agentes policíacos, principalmente los llamados binomios caninos, bromean con las mujeres e intercambian insultos y piropos al pasar frente a los lugares donde comercian en vez de retirarlas del lugar, dado el conocimiento de su actividad ilegal en la zona.

De todas las edades, incluso algunas con aspecto de ser menores de edad, venidas de otras entidades y presumiblemente sin ningún control sanitario, las mujeres y algunos hombres homosexuales comercian con su cuerpo en el parque principal de la Isla, donde ejercen el oficio más antigüo sin restricción de alguna.

Para los vecinos del primer cuadro de la ciudad, la presencia de estas personas no sólo atrae a obreros de la industria petrolera y varones que buscan este tipo de servicios, sino también a vendedores ambulantes que comercializan desde dulces, cigarros y hasta condones; indigentes y delincuentes en busca de alcoholizados para asaltar, lo que eleva la inseguridad en el lugar.

El problema mayor lo enfrentan mujeres y jóvenes que tienen necesidad de transitar por la zona, las cuales son confundidas y acosadas por “las parvadas de plataformeros que buscan a las prostitutas”.

Señalaron que en la época decembrina, la presencia de prostitutas se multiplica en la Isla, dado que el pago de aguinaldos acrecienta el fenómeno de atracción de estas personas en busca de más clientes.