Cotemar, de Mario Dávila y Cristina Lobo, es una empresa que renta plataformas sumergibles y embarcaciones a la paraestatal
Redacción
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El tercer escándalo está por estallar en Ciudad del Carmen.
El influyente columnista de negocios, Darío Celis, dio a conocer ayer que la empresa Cotemar, dedicada a la renta de plataformas sumergibles y embarcaciones a Pemex, está bajo una intensa investigación no solo de autoridades mexicanas, sino de la propia Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de EU.
En su columna aparecida ayer en la sección de Negocios del diario Excélsior, Celis Estrada señala que “la verdadera preocupación de Banamex-Citi” que dirigen Manuel Medina Mora y Javier Arrigunaga ya “no es tanto el caso Oceanografía, sino la entrada ya del FBI que investiga cómo se manejaron” Banamex-Citi en la autorización de algunos créditos.
El columnista de negocios explica que existen “alrededor de 20 operaciones bajo lupa, las más graves por lavado de dinero del crimen organizado” aunque no ofrece detalles al respecto. “Ciertamente –añade Celis Estrada- el expediente de Amado Yáñez puso al descubierto un modus operandi del banco en cuentas de factoraje con Pemex” y recordó que ya es público un segundo caso, como el de la empresa Evya, la cual es dirigida por Javier Camargo, quien presuntamente defraudó a Banamex con otros 30 millones de dólares.
En su texto, Celis dice que hay un tercer expediente y que se trata “de Cotemar, de Mario Dávila y Cristina Lobo, (una) empresa que renta plataformas sumergibles y embarcaciones a la paraestatal que maneja Emilio Lozoya Austin. Banamex –añadió Celis- le financió cuentas por unos 600 millones de dólares.
Si bien el columnista no explica qué tanto avance llevan las investigaciones de las autoridades mexicanas y estadounidenses, la sola mención del FBI explica que las empresas contratistas de Pemex con sede en Ciudad del Carmen están siendo sometidas a indagaciones desde Estados Unidos y de Cotemar bien podría ser un mayor escándalo en la solicitud de créditos a Banamex con documentos falsos, tal y como sucedió con Oceanografía y Envya. Los préstamos solicitados por Cotemar superan por mucho a los de estas dos últimas empresas.
