Obama ha deportado más personas que nadie

Internacional, Viernes 10 agosto, 2012 a las 10:09 am

Un grupo de inmigrantes guatemaltecos espera su turno para subir al avión que los llevará de regreso a su país después de ser deportados por la migración estadounidense.

Agencia El Universal

WASHINGTON, EU., agosto 10 .- La desesperación por reconquistar la base electoral hispana en estados clave como Nevada ha empujado al aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, a lanzarse al talón de Aquiles del presidente de EU, Barack Obama, para presentarlo como el “deportador en jefe” en la más importante oleada de detenciones y deportaciones de inmigrantes en la era moderna.

Aunque la acusación no falta a la verdad —ya que bajo la administración de Obama se ha deportado casi un millón y medio de indocumentados, la más alta cifra desde los años de la Gran Depresión en la década de los 30—, el video que ha comenzado a difundirse en el estado de Nevada habla de los pecados ajenos, pero no de los propios frente a la comunidad hispana. Como, por ejemplo, las propuestas de “autodeportación” defendidas por Romney para resolver de una vez por todas el problema de la inmigración indocumentada, o el elogio de leyes antiinmigrantes como la SB1070 de Arizona para ser replicadas en toda la Unión Americana.

“No te dejes engañar por el presidente Obama”, comienza el anuncio, que también se difundirá en otros estados donde el voto hispano jugará un papel clave, como Colorado, Nuevo México o Florida.

“Obama ha deportado a más gente que ningún presidente en la historia” de Estados Unidos, denuncia el video para acusar a Obama de no tener intención alguna de resolver el problema de millones de inmigrantes que permanecen en la sombra.

El inicio de esta campaña no ha dejado indiferentes a los miembros de la campaña de Obama que, desde sus cuarteles generales en Chicago, se han apresurado a calificar esta ofensiva en busca del voto hispano como “cínica y desvergonzada”.

“Al ver el anuncio en español titulado ‘No más Mentiras’ dirigido a los votantes latinos de Nevada de parte de un grupo que apoya al republicano Mitt Romney pensé que hay que ser bien caradura para criticar a alguien por algo, las deportaciones, que los republicanos apoyan y que, es más, se les hacen insuficientes”, opinó Maribel Hasting, analista de la organización America’s Voice. “O criticarlo por no impulsar la reforma migratoria que los propios republicanos bloquearon”, añadió.

El intercambio de acusaciones entre demócratas y republicanos, a partir de medias verdades o acusaciones parciales que ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio, sólo ha sacado a relucir las muchas faltas y agravios de ambos partidos frente a la comunidad hispana, particularmente en el terreno de la inmigración indocumentada.

Si bien es cierto que Romney carece de toda autoridad moral para criticar a Obama por las deportaciones, tampoco es menos cierto que el récord de la administración demócrata es todo un compendio de agravios contra la comunidad migrante.

Cuando en octubre pasado, la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, defendió la deportación de más de un millón de indocumentados a un costo de entre 11 mil y 25 mil millones de dólares, y de los cuales 70% son mexicanos. rechazó que el gobierno haya perdido el control de la frontera con México o haya beneficiado a millones de inmigrantes a través de una “amnistía administrativa” encubierta.

Un sistema roto

El presidente, dijo Napolitano, heredó un sistema migratorio roto y, ante la falta de consenso en el Congreso, se ha visto en la disyuntiva de hacer cumplir la ley expulsando a más de 400 mil indocumentados por año, una cifra sin precedentes en la historia reciente de EU. Casi un año más tarde, estos argumentos se han vuelto contra la campaña de Obama a la reelección.

Si bien es cierto que el presidente anunció en junio pasado la suspensión inmediata de las deportaciones contra jóvenes hijos de indocumentados que tengan menos de 30 años, que hayan llegado antes de los 16 a EU y que no tengan historial criminal, la medida (administrativa) aún resulta insuficiente para solucionar una crisis humanitaria que afecta a millones.