JOSE SAHUI TRIAY

Con una población todavía no mayor a los 900 mil habitantes, donde cerca de 300 mil alumnos atendidos por algún servicio educativo en los 11 municipios del estado, la evidencia del especial interés y apoyo de las autoridades a ese importante sector educativo es obvio.

De años atrás, el prestigio del magisterio campechano ha sido una constante del aliento en la formación de las nuevas generaciones de docentes que egresan de sus escuelas normales y universidades. El testimonio de esa legión de distinguidos educadores campechanos es parte ya de una orgullosa memoria histórica, generadora de un no olvido y reconocimiento al ejemplo que nos legaron.

El quehacer educativo en Campeche se ha distinguido siempre en procurar una mayor y mejor oferta de sus servicios en favor de quienes con ellos se benefician: la niñez y juventud del estado. Las coberturas de atención a la demanda, por toda la geografía estatal, han crecido año con año. Como en todo el país, Campeche no es la excepción, la cantidad es generosa en su número, pero preocupante en sus resultados de calidad.

La reprobación, deserción, bajas eficiencias terminales, analfabetismo, han sido objetivos permanentemente atendidos de manera especial en Campeche, a efecto de ir cada vez más eliminando o reduciendo considerablemente sus negativos efectos. En esa realidad nacional que fuera parte sustantiva de los porqués de las razones que detonaran la actual Reforma Educativo, en la entidad se ha venido realizando desde Administraciones pasadas, continuadamente, cada vez con mayor intensidad, programas de apoyo a todas aquellas actividades cuya intensión sea atacar a fondo esa problemática que impacta la calidad de la educación, y en consecuencia afecta los conocimientos de los educandos, al igual que su competividad al egresar de sus escuelas.

Cabe destacar, en ese sentido, que poco a poco, pero siempre positivamente, los resultados en los indicadores educativos, con respecto a la media nacional, alientan el trabajo en conjunto que realizan las autoridades educativas, los maestros, alumnos y padres de familia.

Con un vasto territorio en esos grandes centros de población, con una gran cantidad de pequeñas comunidades alrededor de  sus cabeceras municipales, que aunque lentamente han venido creciendo unas más que tras, con el arribo al estado de importante corrientes migratorias de otras entidades, particularmente en los municipios de Champotón, Escárcega, Candelaria y Calakmul; mención aparte Ciudad del Carmen. La reflexión de lo anterior es por las implicaciones que esa realidad representa para la capacidad de respuesta para atender la demanda educativa que esas nuevas presencias poblaciones  representaron al sistema educativo campechano. Ese reto, difícil, fue respondido, y continúa siéndolo, con el testimonio de las escuelas y maestros necesarios en todas esas comunidades, por lejanas que estén, donde esas nuevos campechanos se asentaron junto con sus familias.

La oferta educativa en Campeche, desde Básica hasta la Superior, base y vértice de la Pirámide educativa, puede observarse y valorarse por toda la geografía estatal. Pocos estados como el nuestro con tan generosa oferta educativa: dos Universidades Públicas, la Unacar y la UAC; Institutos Superiores de Calkiní, Champotón, Escárcega, Candelaria, Calakmul; los Tecnológicos de Campeche y Chiná; las escuelas normales;  el Instituto Campechano.

La educación es un sistema muy complejo de partes interactuantes. De ahí la importancia de la labor que la Secretaría de Educación Estatal ha tenido de conjuntar en un todo, interactuante, todas las partes que conforman el universo educativo campechano, aprovechando al máximo sus fortalezas.

En Básica: Inicial; Preescolar, formal o indígena; Primaria, formal e indígena; Secundaria, técnica, general y telesecundaria. En Media Superior se observa en los años recientes un alentador crecimiento de sus planteles como respuesta a una mayor egresión de sus alumnos.

Surgen así más y mejores planteles de Cecytec, Cobacam; Conalep; bachilleratos universitarios y preparatorias estatales. Esto detonó también la creación de más planteles de educación superior. La cadena educativa cumpliendo su cometido.

Junto a esa gran fortaleza de infraestructura educativa disponible, ubicada estratégicamente por todas las regiones del estado, sobre todo ahora, en estos difíciles momentos de estrechez presupuestal que afectan en mayor o menor intensidad los programas y proyectos educativos, el potencial educativo en Campeche permite avizorar, con su aprovechamiento pleno, alentadoras expectativas.

Esta oferta tan amplia de servicios, su calidad, y las oportunidades que algunos ofrecen en sus matrículas, en la que cabe destacar la presencia cada vez mayor de la oferta educativa privada, principalmente en Superior, no ha pasado desapercibida en los estados colindantes como Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, cada uno de ellos con características distintas en cuanto a ese interés. De antes, los jóvenes campechanos, con posibilidades económicas, salían a estudiar fuera del estado. Hoy el número de ellos, salvo por becas, se ha reducido. Es más pareciera que un nuevo fenómeno comienza a darse en ese sentido. Cada vez son más los jóvenes de esas entidades vecinas que estudian en centros educativos de la entidad. Los porqués tienen respuestas bastante aceptables. Yucatán, Mérida, tienen una población escolar cuyo número, de por sí amplio, ha sido aumentado por la presencia migratoria de jóvenes que de otras entidades llegan a sus escuelas. Su capacidad, tanto pública como privada, aunque amplia está prácticamente desfasada; la primera por sus limitaciones de cupo, la segunda por sus altos costos Tabasco y Chiapas, con numerosa población escolar, con oferta educativa aceptable pero con una inquietante inseguridad, cada vez más en aumento, busca espacios más seguros y confiables para sus jóvenes.

Algo semejante al caso Quintana Roo, que hasta hace pocos años tenía una reducida población escolar, que con el impacto del Turismo que Cancún, a Riviera Maya y Playa del Carmen propiciaron, tuvo una explosión demográfica que si  bien fue respondida con acierto por sus autoridades, el hoy violento que se vive en esa entidad hermana, la creciente inseguridad ha hecho que muchas familias busquen nuevos horizontes de oportunidades de estudio para sus hijos.