La comparecencia de James Comey, ex director del FBI ante el comité de inteligencia del Senado de EE.UU. sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones es, con todo lo diferente que son nuestras sociedades y nuestro sistema político, una manera de recordarnos que las instituciones están, antes que ningún otro interés, al servicio de la gente, que el pueblo necesita conocer la verdad por difícil que esta sea. Para los norteamericanos es de una gravedad inconcebible que una potencia extranjera incida en sus elecciones que pueden, en caso de demostrarlo, realizar un juicio político y destituir a su presidente.
En nuestro país, en estos momentos, en Coahuila y en el Estado de México se duda de que nuestras elecciones fueran del todo transparentes, en Coahuila el Partido Acción Nacional ante las inconsistencias solicita la anulación de la elección, en el Estado de México hubo un vídeo que circuló donde se ve un incremento de votos sustancial para el Partido Revolucionario Institucional, incremento de votos en cantidad que, si fueran eliminados, podría cambiar el resultado dejando al partido Movimiento Regeneración Nacional con el triunfo (Vale la pena aclarar que esto se presenta en el PREP que no tiene validez jurídica).
La democracia es el poder en manos de la ciudadanía que, a través de mecanismos de participación le da validez a sus iguales para que los representen. Es la mejor forma de gobierno pues es el consenso de la mayoría… ¿Mayoría? En el Estado de México votó menos de la mitad de la lista nominal y el ganador con 32% de los votos emitidos significa un 16% del total de votantes. Cierto, si no sales a votar estás dejando en manos de los que lo hagan la decisión de quienes hablarán y trabajarán para tu mejora (ahí surge otro tema en que no sabemos si lo harán para nuestra mejora o para la de un todavía más pequeño sector llamado compañeros de partido o, peor aún, para ellos mismos) pero, si tuviéramos una confianza a toda prueba en nuestras instituciones, ese porcentaje por pequeño que fuera sería suficiente.
La confianza en nuestras instituciones se ha perdido lenta pero de manera continua, no ayuda saber que tenemos ex gobernadores que saquearon sus estados y aunque ahora están detenidos ¿estamos seguros que los anteriores o los actuales no hacen lo mismo? La duda es lo que mata, la que nos corroe y la verdad es lo que termina la duda, verdad que se da, por lo general a través de periodistas que investigan, sustentan y exhiben los abusos de poder, los negocios hechos con información privilegiada, los compromisos previos para llegar a esos lugares donde las decisiones que tomen, impactan en todos nosotros. Mientras en EE.UU. el presidente llama a los medios de comunicación enemigos del pueblo, aquí no se confía en ellos y los pocos periodistas que a través de su investigación exponen la corrupción que es nuestra peor mácula ponen su vida en riesgo pues todos sabemos que ejercer un verdadero periodismo en este país es un trabajo de alto riesgo.
La única forma de que retomemos el camino de la confianza es poder tener la certeza de que todo es transparente, de que no hay nada oculto, de que se habla con la verdad. El INE surge de la ciudadanía y fue un logro mayúsculo, el sistema se lo comió y ahora dudamos; el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública surge por una necesidad urgente y no obstante, en ocasiones en lugar de clarificar, lo enturbian más; la Fiscalía Anticorrupción es lo que sigue y si a quien la fiscalía habrá de investigar es quien lo ha de designar… bueno…
En estos casos en los que me gustaría ponerles una propuesta me doy cuenta de que mi propuesta sería muy somera y recuerdo que para eso tengo 128 senadores y 500 diputados que anteponen a México y a su gente por encima de todo… Ok, lo sé… Así debería de ser y lamentablemente… No es.
Como ciudadanos tenemos mucho por hacer y debemos hacerlo pues sentarnos a esperar a que todo cambie en estos momentos difíciles ya no es factible. ¿Cómo empezamos? Con nuestras acciones del día de hoy ¿y mañana? Mañana… Otra vez… Pero mejor.