Rubén Albarrán, vocalista de café Tacvba, izquierda, y René Pérez, de la banda boricua Calle 13, participan en el festival de música Wirikuta Fest en el Foro Sol de la Ciudad de México.

no images were found

Agencia AP

MÉXICO (AP) — La unión, la reflexión y la solidaridad por la defensa de la reserva natural y cultural de Wirikuta se unieron en un llamado que activistas y músicos, en su mayoría mexicanos, hicieron durante el Wirikuta Fest para alzar la voz ante otros problemas que enfrenta México.

La exigencia al gobierno federal para proteger esa región, la violencia desencadenada por el narcotráfico y el apoyo a un movimiento estudiantil fueron los temas que reinaron en la maratónica jornada musical realizada en el Foro Sol de la capital mexicana de la que participaron Café Tacvba, Caifanes, Enrique Bunbury, Calle 13, Julieta Venegas, Ely Guerra, Sonidero Mestizo, Amandititita, Lengualerta y Héctor Guerra, entre otras agrupaciones.

“Hoy es tiempo de dar un grito de exigencia y respeto. Al mexicano se le respeta, su lugar y su condición, su filosofía y sus costumbres”, dijo Saúl Hernández, vocalista del grupo mexicano Caifanes durante su actuación en el festival que reunió a 60.000 personas de acuerdo con cifras de la promotora Ocesa.

El español Bunbury también se unió a la lucha que indígenas huicholes, activistas y músicos entablaron para concientizar sobre la situación que enfrenta la zona de Wirikuta, asentada en el desierto del estado de San Luis Potosí que en 1999 fue declarada por la UNESCO uno de los 14 sitios naturales sagrados del mundo que deben ser protegidos.

En 2009, el gobierno mexicano otorgó 22 concesiones a la minera canadiense First Majestic para la explotación de plata. Expertos señalan que los impactos ambientales y culturales serán irreversibles, pues más de 60% de la superficie concesionada a dicha empresa se encuentra dentro del área natural protegida.

“Cada uno de nosotros hacemos hoy que Wirikuta esté en boca de todos… El respeto a la tierra no se cuestiona”, dijo Bunbury ante un público eufórico que adoptó la frase “¡Wirikuta no se vende, se ama y se defiende!” como consigna.

En un momento del festival, Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacvba, pidió al público realizar un ritual masivo de psicomagia a favor de Wirikuta, el que dijo, fue recomendado por el tarotista, director de cine, psicomago y escritor chileno Alejandro Jodorowsky.

“Este día ha sido super especial porque se han unido muchos corazones, uno de ellos es Alejandro Jodorowsky, quien nos ha mandado un regalo muy especial”, dijo Albarrán para luego pedirle a las 60.000 personas tocar su pecho del lado de izquierdo, en donde se encuentra el corazón, y luego tomarse de las manos unos con otros.

La cantautora Julieta Venegas, que en pleno proceso de producción de su nuevo álbum se hizo un espacio para participar en el Wirikuta Fest, también dio un discurso sobre el poder que el corazón de las personas puede tener para realizar un cambio.
“Yo sé que mis palabras pueden sonar gastadas, pero si cada uno de nuestros corazones hace un giro realmente lograremos un cambio”, expresó la tijuanense.
Fiel a su ideología política y social, René Pérez “Residente”, vocalista del grupo boricua Calle 13, fue otro de los músicos que habló en contra del peligro que enfrenta Wirikuta.

“Está pasando en Panamá, Argentina, Ecuador y es importante demostrarle a todos los gobiernos latinoamericanos que un pueblo unido jamás será vencido”, señaló “Residente”, en cuya espalda pintó la leyenda “Yo soy 132” para manifestar su apoyo a los estudiantes universitarios mexicanos.

Además del músico boricua, el poeta Javier Sicilia, que encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, y el músico y activista mexico-estadounidense Zack de la Rocha, se sumaron el sábado al Movimiento 132, iniciativa que estudiantes universitarios en México establecieron recientemente para mostrar su descontento por el sesgo informativo de las cadenas de televisión a favor del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, y por la corrupción de la clase política.